Con goles de sus artilleros de moda -Juan Manuel Martínez y Santiago Silva- uno en cada tiempo, Vélez Sarsfield le ganó 2-0 a Quilmes, como visitante, y quedó expectante a dos puntos del líder Estudiantes, con el que juega la próxima fecha. El partido fue el que cerró la jornada de adelanto de la undécima fecha del torneo Apertura de AFA y tuvo nada más que esos goles a las grandes emociones de la noche, más alguna que otra aproximación peligrosa a los arcos.
El arranque del partido mostró a un Vélez más incisivo y a Quilmes tratando de dominar la situación pero dividiendo el balón justamente en la zona de gestación. Pero como el local fue emparejando poco a poco la situación el partido se niveló. Lástima que fue para abajo, porque las irregularidades se acentuaron en la medida que ambos se acercaron a las áreas rivales.
Todo se hizo repetitivo y sin emociones. Al partido le faltaba algo antes que cayera el telón de la primera etapa y, por suerte, se dio. Es que a los 38 minutos llegó la apertura del marcador. Y fue en favor del equipo del Flaco Gareca. Tras un córner ejecutado desde la derecha. El centro fue conectado por el Pelado Silva. Parecía pelota sin problemas para Trípodi, pero el arquero quilmeño no pudo embolsar, dio rebote corto y el Burrito Martínez, que está dulce, la mandó al fondo con otro cabezazo. Vélez no había hecho mucho para estar en ventaja. Pero tenía una diferencia con su rival: El poseer delanteros más peligrosos que en cualquier momento pueden facturar.
En el complemento el gris panorama no varió. Ni Vélez era el que le metió seis goles a Colón, ni Quilmes el que inteligentemente le empató a Newell’s en Rosario.
A los 12 minutos, Caneo se perdió un gol increíble. Cayó un centro en la izquierda del ataque local. Aránguiz metió un nuevo centro, cruzándola, le quedó a Caneo y su tiro fue despejado por Barovero con la rodilla. Era el empate, pero quedó en nada.
Y a los 28′, Caneo tuvo su segunda chance, luego de un cabezazo cruzado, pero esta vez fue afuera por un pelo. Vélez, conforme con la victoria parcial, sólo atinó a esperar lo que hacía su rival, aunque nunca descuidó el contragolpe, la vía con la que buscaba cerrar el marcador. Y ese momento esperado llegó a los 39, algo muy parecido al primer gol. En este caso fue Silva, que ensayó un movimiento por la derecha, vio a Trípodi adelantado y la empaló con el empeine para mandarla al fondo por el segundo palo. Golazo y partido liquidado.

