Pero ¿hasta dónde puede llegar ese respeto? Indudablemente es incalculable, porque como entraron a jugar el partido, lo terminaron.

¿Tanto sirve morir de pie? A Grecia ni siquiera le importó que Maradona haya designado a un "equipo B" -este grupo de jugadores que en su mayoría no entró como titular en los dos primeros partidos- y quedó en evidencia que lo único que quería era que no le hicieran goles. Y, si le hacían, que fueran pocos. Por momentos, cuando todavía empataban con el equipo de Maradona, la sucesión de goles en el otro partido del grupo (Nigeria-Corea del Sur) los daba como clasificados. Pero después que Demichelis hizo el primero para la Argentina, ya se quedaban afuera de forma inexorable. Ni ahí, en ese momento, arriesgaron y atacaron a los argentinos. Siguieron amontonados en defensa. Sabiendo que se despedían del Mundial. Es evidente que el fútbol que corre por sus venas no es el mismo que el que lo hace en los argentinos. Uno de los motivos por los que la clasificación argentina es merecida desde donde se la mire.