Los dos son argentinos y cualquier potencia futbolera del planeta pagaría fortunas, si se pudiera, para cambiarles la nacionalidad. Ayer volvieron a demostrar de la calidad que están hechos. En el día que cumplió 27 años, Carlos Tevez marcó los tres goles con los que Manchester City venció al West Bromwich, que valió para seguir en la vanguardia de la liga inglesa, y ratificó que pasa por uno de los mejores momentos de su carrera. Un puñado de minutos más tarde, Lionel Messi jugó otro de esos partidos sorprendentes de los que habitualmente realiza con la camiseta de Barcelona. ¿Qué hizo ahora? Tres goles frente al Atlético de Madrid, triunfo que valió para seguir siendo cómodo puntero de la liga española, y marcar un nuevo récord de victorias consecutivas en el historial de ese torneo, con 16 en total.

Pero estas descollantes actuaciones tienen también otra cara de la moneda y alimentarán mucho más una polémica que está en sus orígenes.

El partido perfecto que jugó ayer "El Apache" en el fútbol inglés sirvió también para mandarle un mensaje a Sergio Batista, quien no lo convocó para el amistoso de la selección argentina del próximo miércoles ante Portugal. Ese "no llamado" del DT, que ni siquiera argumentó que es tiempo de probar a otros jugadores, tiene por ahora una interpretación: armar un equipo en función de Messi, así como Bilardo hizo con respecto a Maradona, apuesta que obtuvo como ganancia principal el recordado título mundial en México 1986. Y en esos planes del Checho no parece entrar Carlitos, nada menos que el denominado "jugador del pueblo".

Con esos tres goles, Tevez le dio las armas suficientes a los que ponen el grito en el cielo si es que Batista comienza a dejarlo de lado. Y si faltaba algo para que esa polémica que amaga con convertirse en "la discusión" del país futbolero por tiempo ilimitado es que ahí nomás Messi hizo lo suficiente para argumentar la supuesta posición del técnico de la albiceleste, o al menos de aquellos que piensan que para que la selección vuelva a ganar títulos hay que reducir la cantidad de "caciques" en el ataque del equipo.

Hay que desterrar un enfrentamiento entre ambos jugadores, porque no hubo hasta hoy ni un sólo rumor de "mala onda". La naturaleza de esta discusión es futbolera, de esas como la que originó Marcelo Bielsa cuando nunca quiso poner en cancha a Crespo y Batistuta juntos, según su filosofía de juego.

Así, mientras los clubes más poderosos del mundo podrán siempre estar en la pelea por contratar a uno u otro, lo paradójico es que quizás uno de ellos no pueda jugar en la selección. Sin dudas, esta historia recién comienza y su "Continuará..." puede traer cualquier desenlace.