La reciente incorporación de Racing, terminó siendo el hombre más desequilibrante en la selección de Maradona tres la victoria. Es cierto que le faltó el gol, pero fue vital para los dos primeros, ya que de sus pies salieron las jugadas previas al grito de Sosa y el posterior de Burdisso.

Gabriel Hauche, con la 7 en la espalda, fue el compañero de ataque de Palermo, y que siempre mostró su ambición y que quedarse con un lugar para el Mundial es su aspiración.

El atacante por afuera mandó el centro en el primer grito de la albiceleste, además no se conformó con ello y un par de minutos después mostró una constante: pelear todas y no darlas por vencida. Así sobre los 28 casí le cometen penal.

Incluso no todo lo hizo con los pies. Se apoyó en la viveza criolla para cuando el juez no le vio, llevarse la redonda con la mano.

Su signo distintivo en la noche sanjuanina fue su constante desborde basada en su gambeta endiablada y siendo amplió ganador y dominador en los últimos metros tanto por derecha como por izquierda.

En el segundo tiempo se juntó con los ingresados Insúa y Pérez y fue más punzante aun. Incluso sobre los 7′ tuvo el grito de gol en su cabeza, pero no le dio precisión.

Sobre los 16 minutos se fue reemplazado para dejarle su lugar a Franco Jara y allí se ganó la ovación de los sanjuaninos. Anoche Hauche fue pilar y eje, y mostró su chapa y credenciales, para que Diego lo tenga bien en cuenta.