Le costó mucho maquillar su fastidio. Con su equipo se jugó todo para ganar la etapa y el desgastante trabajo para neutralizar una fuga que ponía en peligro sus pretensiones de bonificar, lo dejó muy sólo en los últimos 800 metros hasta el velódromo. Consultado porque paró los pedales al pisar la recta, cuando todo parecía indicar que podría bonificar, al menos los cuatro segundos por el tercer puesto, Ricardo Escuela explicó que había hecho un esfuerzo muy grande de cabeza desde la rotonda de calle 25 de Mayo y Matías Zavalla. “Venía con lo justo, fue una etapa muy dura y lo sentí sobre el final”, explicó.

A la hora del análisis de lo que resta, aún con algo de resignación por el tiempo perdido afirmó que su equipo peleará la victoria hasta el final. “Queda mucho. Todavía estamos vivos y lucharemos con toda nuestras fuerzas”, concluyó.