El equipo argentino de Copa Davis dio ayer el gran golpe al vencer a Francia en un tenso y maratónico quinto punto que convirtió a Carlos Berlocq en el protagonista excluyente de la jornada y avanzó por cuarto año consecutivo a las semifinales de la Copa Davis, en las que se cruzará nuevamente con República Checa. El chascomunense Berlocq (71 en el ranking mundial) se vistió de héroe y consiguió una muy sufrida victoria ante Gilles Simón (13) por 6-4, 5-7, 6-4 y 6-4, tras tres horas y 48 minutos de juego, permitiéndole al equipo albiceleste dar un paso más en busca de la tan postergada Ensaladera. En el camino hacia el sueño se cruzará nuevamente República Checa (13 al 15 de setiembre en Praga), que fue el verdugo argentino en las semifinales de 2012, y es el actual campeón del certamen.

En la previa del triunfo de Berlocq, el tandilense Juan Mónaco fue vapuleado por Jo Wilfried Tsonga por 6-3, 6-3 y 6-0 en el cuarto punto, para igualar la serie en dos partidos por lado.

Fue un concierto de quiebres de saque a lo largo del partido el choque de Berlocq ante Simón. El primero de ellos en el juego que abrió el partido, en favor de la visita. Pero Berlocq no acusó el golpe, recuperó el quiebre, consiguió otro en el décimo y cerró el primer set a su favor por 6-4. En el segundo set se repitió la escena. Simon quebró el servicio de Berlocq y el argentino logró recuperarse, aunque esta vez en el octavo. Pero desde allí, ninguno de los dos podía sostener su saque y fueron quiebre a quiebre hasta el duodécimo game, cuando el galo mantuvo el servicio y cerró el set por 7-5. Tampoco nada cambió en el tercero. Berlocq quebró en el segundo, Simón recuperó en el tercero, el argentino consiguió romper otra vez el saque del francés en el cuarto. El gran desafío para ambos era sostener su saque. Pero cuando parecía que la paridad conduciría a un tie break, Berlocq se adueñó del saque de Simon en el décimo y cerró el set por 6-4. A esa altura, el estadio mostraba el mismo clima y colorido que hace poco tiempo atrás. Los integrantes del equipo argentino se abrazaban, saltaban y gritaban al ritmo que imponía la ruidosa hinchada albiceleste. El cuarto y definitivo set fue otra gran prueba de carácter para Berlocq, que comenzó a sentir el desgaste y la presión del partido, pero jugó con gran aplomo y logró imponerse a Simon en un desgastante duelo psicológico. Berlocq quebró en el sexto y parecía encaminarse al triunfo, pero dejó pasar cinco puntos para partido, Simon quebró su saque en el noveno y los fantasmas se posaron sobre el Parque Roca. Sin embargo, y al igual que en el tercer parcial, el argentino quebró en el décimo y cerró el partido por 6-4.