A pesar de que los hinchas de Unión habían convocado a sus seguidores para no asistir a la cancha de Alianza, alrededor de 500 hinchas Azules se hicieron presentes en el estadio Lechuzo para ver el clásico.

Por suerte tuvieron un buen comportamiento y todo salió en orden por lo que no "hubo que lamentar destrozos", según las palabras de Rubén Miadosqui, dirigente del local.

Incluso, para que no pasara lo del partido del Apertura que las instalaciones de Alianza quedaron con destrozos, los dirigentes del mismo club hicieron una revisión con el jefe a cargo del operativo y un escribano para constatar si todo había quedado en las mismas condiciones al cierre del encuentro.

Lo malo que hubo es que los hinchas de Unión, que estaban en la tribuna visitante, no tenían agua. Ante esto Midosqui dijo que "estaban rotas las cañerías y si les largaban en ese sector, la otra parte del club se hubiese quedado sin abastecimiento".