Fue casi la misma historia. A los dos se le cruzaron las mismas sensaciones por la cabeza. El domingo, tras quedarse con la clásica Mendoza-San Juan, Emiliano “Bam Bam” Fernández experimentó lo vivido por su papá Ernesto “Pollo” Fernández, 29 años atrás. Ayer, tras festejar la gran victoria lograda el domingo en Pocito, padre e hijo le contaron a DIARIO DE CUYO lo que les dejó esta vivencia a ambos.

El primer ganador de los Fernández fue el Pollo, hoy técnico de su hijo en el equipo de la Municipalidad de Rawson. Él ganó la edición de 1984. En ese tiempo, Ernesto tenía 23 años, justamente la misma edad que tiene hoy su hijo, marcando una clara coincidencia que se dio el domingo.

“Nunca imaginé ganar esta Clásica como lo hizo mi papá alguna vez. Fue un orgullo grande porque además significó la primera carrera grande que consigo”, contó Emiliano, todavía reflejando en su rostro la emoción vivida el día anterior. Por su parte, Ernesto relató que alguna vez soñó con que su único hijo varón (Emiliano tiene tres hermanas), le diera este premio: “Alguna vez se me cruzó por la cabeza que llegara a pasar esto. Lo sentí años atrás cuando Carlos Escudero (hijo) ganó la Doble Calingasta y repitió lo realizado por su padre en otra época”, expresó Ernesto quien le regaló a Bam Bam la primera bicicleta a su año de edad y cuando recién aprendía a caminar, como para ir marcandole el rumbo que debía seguir y del cual lo está defraudando. Ayer, los dos se tomaron su tiempo para analizar cómo se dieron sus victorias. Bam Bam contó que todo surgió en la carrera: “Se fueron dando las cosas, y gracias al trabajo del equipo sobre el final, los entrenadores decidieron que estaba mejor yo para el embalaje. Por suerte se me dio así”, sostuvo. Su papá, Pollo, expresó que en su época no se usaban estrategias de equipo: “Faltando un par de kilómetros se produjo esa vez un corte, ahí me fugué y llegué solo al velódromo. Detrás mío llegaron Mario Ruarte y Juan Olivarez. En esos tiempos el ciclismo no se manejaba con tanto profesionalismo”, aseguró el técnico pocitano que también tuvo palabras para su hijo. “Como técnico, él es el un corredor más dentro del equipo. Igual sabe que tiene muchas condiciones y lo demostró en los años que estuvo en la Selección Argentina y por esto tuvo su paso por Europa. Puede llegar más lejos, pero no debe perder más tiempo porque está en la edad justa”, subrayó.

Padre e hijo guardarán en sus retinas el momento de conseguir una de las clásicas más antiguas del ciclismo sanjuanino, en distintas épocas, pero con la misma edad. Nada más ni nada menos.