Sabía que lo que se venía era complicado. Pero, en la mejor temporada de su carrera, Horacio Zeballos soñaba con hacer un poco más de historia. Sin embargo, en la final del US Open, la mejor pareja del mundo se impuso. Los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah les ganaron al marplatense y al español Marcel Granollers.

Al cabo de una hora y 31 minutos, los favoritos se impusieron por 6-4 y 7-5 y terminaron con las ilusiones de Zeballos. No por eso esta semana dejará de ser inolvidable para el argentino, que hace menos de dos años decidió dedicarse exclusivamente al dobles.

Es que gracias al triunfo de las semifinales frente a los alemanes Andreas Mies y Kevin Krawietz, Zeballos será el primer tenista masculino argentino en alcanzar el tercer escalón del ranking de duplas de la ATP.

"Estamos realmente felices y disfrutando. Es el mejor momento de nuestras carreras. No me quiero despertar", comentó tras ese partido, en charla con ESPN.

Zeballos y Granollers, que disputaron en Nueva York su segundo torneo juntos, habían debutado como pareja en el Masters 1.000 de Montreal, donde conquistaron un título que le permitió al argentino meterse por primera vez en el top 10.

En Flushing Meadows partieron como octavos preclasificados y llegaron a la final a paso firme, cediendo apenas un set, en la tercera ronda ante el estadounidense Rajeev Ram y el británico Joe Salisbury.

Fue, además, la primera final en un Grand Slam para Zeballos, que había alcanzado la semifinal en este mismo torneo en 2010 junto a Eduardo Schwank y en Roland Garros 2013 con el uruguayo Pablo Cuevas. Granollers, en tanto, jugó la tercera, luego de París y Flushing Meadows en 2014.

Zeballos, ganador de 13 títulos de dobles en su carrera, jugó esta temporada con ocho compañeros diferentes. Compartió cancha con el polaco Lukasz Kubot, Máximo González (con quien se coronó en Buenos Aires), el croata Nikola Mektic, el uruguayo Pablo Cuevas, Federico Delbonis, Leonardo Mayer, Granollers y Diego Schwartzman, este último en Cincinnati, justo después de ganar el Masters canadiense.

En Nueva York volvió a armar equipo con Granollers, con quien estaba invicto hasta esta final. Entre Montreal y Nueva York, la dupla llevaba diez victorias en la misma cantidad de partidos.