Con edad de ciclista retirado, Christopher Horner cumplió el sueño de su vida. Ganó la Vuelta de España y lo hizo, aún cuando está a un mes y una semana de cumplir los 42 años, con la frescura de un pibe de 20 años.

Al estadounidense que corre para el RadioShack, le alcanzó ayer con llegar en el pelotón, marcando la rueda del italiano Vincenzo Nibali. El paseo triunfal en Madrid culminó con un embalaje masivo que lo ganó el joven australiano Michel Matthews (Orica), quien a los 22 años se consagró como el mejor embalador de la ronda española. En ese último tramo, el argentino Maximiliano Richeze (Lampre) culminó quinto, completando su faena, muy lejos en el tiempo del ganador, a más de 4 horas, pero con cuatro arribos en los mejores cinco puestos de etapa.

Horner, que ganó dos etapas y pasó a liderar la carrera en la antepenúltima etapa, confesó que su objetivo era “entrar al podio” pero que al ganar etapas se dio cuenta que podía “intentar ganar la Vuelta”.