Contundente fue el peso completo mexicano que se repuso a una caída y luego tiró cuatro veces al hasta antenoche monarca de tres versiones: Asociación, Organización y Federación Mundial.

Tenía que ser en la "meca" de boxeo, Nueva York. No había mejor escenario que el Madison Square Garden, cuyas paredes fueron testigo de las grandes proezas boxísticas. La de antenoche no fue una noche más. Fue una de esas que no se olvidarán tan fácilmente porque en poco más de 20 minutos un retador ignoto, como el mexicano-estadounidense Andy Ruiz Jr., dio la nota y puso patas para arriba la realidad del boxeo al noquear al campeón mundial de los pesados Anthony Joshua. 

La pelea quedará en la historia por varias cosas. Una, fundamental, es que Ruiz se convirtió en el primer mexicano en coronarse como monarca de los pesos completos. Otra porque batió a un ídolo con pies de barro, como el inglés, a quien muchos catalogaban como el nuevo Muhammad Ali. 

Ruíz aceptó la pelea hace un mes cuando le propusieron reemplazar a Jarrel Miller.

Ruiz Jr. había caído primero en el tercer round luego de una dura mano del británico que hacía su debut absoluto en los rings de Estados Unidos. Sin embargo, rápidamente logró reponerse el mexicano: le puso dramatismo y una cuota de incertidumbre a la velada al tirar en dos ocasiones a su rival. Joshua quedó sentido. Lo salvó la campana en ese momento. No volvió a ser el mismo a lo largo de toda la pelea. Era un combate sencillo en los papeles que de golpe se había transformado en su noche negra. 

El séptimo asalto sería su final. Ruiz volvió a imponer condiciones. Acertó y erró, sin importarle demasiado la estética de su planteo. Fue efectivo: cada golpe que impactó en el moreno fue demoledor. El retador conectó una derecha que aturdió al dueño de los cinturones y al verlo en esa condición le lanzó una lluvia de golpes: Joshua caía una vez más en el séptimo pero soportaría esa cuenta. Segundos más tarde besaría la lona nuevamente para que esta vez el árbitro Michael Griffin decidiera ponerle él mismo punto final a la pelea cuando faltaban más de 1 minuto y medio para el cierre del asalto. La nariz del inglés, visiblemente confundido por lo ocurrido, sangraba y exponía lo que estaba sucediendo.

Ahora, Ruiz es quien reina en las órbitas de la Asociación, la Organización y la Federación Mundial de Boxeo.

Los monarcas

Son los campeones pesados en la actualidad. Ruíz en la AMB, OMB y FIB y el estadounidense Deontay Wilder en el CMB (Consejo).

Opinión

KO a la discriminación

Por Fabio Garbi

Nadie, solo él, su equipo y su madre daban dos pesos por las chances que tenía Andy Ruiz Jr., un estadounidense hijo de mexicanos que pugilísticamente pelea bajo la bandera de sus progenitores. "Que tiene más pinta de camionero que de boxeador", "que ante un campeón como Joshua (NR: sobrevalorado) no tenía ninguna opción", que, que y que. Todas visiones nefastas con respecto a sus posibilidades. Al fin de cuentas como el gordito retacón iba a vencer a esa efigie de ébano que es el inglés que ya estaba saboreando el centenar de dólares que iba a embolsar cuando unificara, posiblemente a fin de año, ante el estadounidense Deontay Wilder.

Que el aficionado y la prensa dudaran de la capacidad del mexicano es una cosa. Pero que el mismo Joshua, subido en un pedestal que la crítica le levantó al compararlo con Muhammad Ali... Sí, Alí, el más grande de los pesos pesados en toda la historia ("Louis fue el mejor, Marciano el más fuerte, pero yo soy el más grande", solía definirse el bocón de Kentucky) fue una falacia que se hizo carne en el campeón olímpico de Londres 2012. 

"Cometí el error de subestimarlo" reconoció luego de su noche más triste Joshua a quien varios "sopapos" del mexicano lo hicieron recalcular su camino profesional. "No padeceremos más, mamá, te quiero mucho, te mando un beso", escribió con gran humildad el nuevo campeón.

El boxeo tiene estas cosas. Historias épicas forjadas por deportistas que a sus posibilidades técnicas, agregan la fortaleza de la fe, única e invencible fuerza que mueve a los hombres.

Ruiz es el nuevo e indiscutido campeón mundial porque a pesar de su físico atípico boxea bien. Es rápido de manos, pega fortísimo y se desplaza con sapiencia sobre el cuadrilátero. Antenoche en el Madison, la pinta fue lo de menos.