Delirio. Todo San Martín, con sus hinchas que coparon una cabecera de Alberdi de fondo, celebran el penal marcado por el arquero, Mariano Monllor, que significó eliminar a Vélez.

Siempre las primeras veces son especiales. Tienen el sabor de lo desconocido y por eso, cuando salen de manera exitosa, se disfrutan mucho más de lo habitual. Así se podría resumir el enorme gusto a felicidad que tuvo el pueblo de San Martín ayer en la siesta cuando se metió de manera inédita en los octavos de final de la Copa Argentina. Semejante boleto debía ser como un buen guion de Hollywood, con grandes dosis de heroico y muchísimo dramatismo. Es que el Verdinegro recién lo igualó en el último minuto reglamentario con ese cabezazo de antología por parte de Agustín Heredia, cuando daba la impresión que la excursión por Alberdi, en Córdoba, terminaba en otro lamento. Pero no. La historia esta vez iba a ser diferente y por eso, en el "Día del amigo", San Martín terminó en un abrazo enorme y eterno en pleno césped del campo pirata, tras su arquero, Mariano Monllor, convertir el penal decisivo ante su colega de Vélez, Leonardo Burián. Bien valió el viaje de cientos de kilómetros de esos miles de hinchas sanjuaninos que coparon una de las cabeceras, justo en el sector donde San Martín se llenó de gloria en un día donde en La Docta hubo cordobazo verdinegro...

Salvador. El central del Verdinegro, Agustín Heredia, cruza a un rival del Fortín. El "grandote" puso la igualdad en dos cuando el partido se moría.

Los primeros 45' tuvieron poco de emoción y mucha fricción. Lo mejor de la película se vivió en la parte final. San Martín abrió el marcador tras un córner de Alexis Vega, que desvió con un taco Agustín Sienra y que encontró en el segundo palo, solo, a Francisco Grahl para el 1-0. Lo tenía controlado al trámite el Verdinegro, pero en menos de 120 segundos todo pareció derrumbarse. En la media hora, un zurdazo de Lenny Lobato puso el 1-1 y antes de los siguientes 60' un auténtico blooper por parte de Nicolás Pelaitay, quien por querer rechazar un balón en el área sanjuanina y hacerla rebotar en un rival, la clavó en el ángulo en contra. Así, San Martín quedó abajo y con menos de un cuarto de hora por delante. El verdinegro puso todo y a los 45', tras otra pelota detenida enviada por Vega, apareció el grandote de Heredia para de cabeza ubicarla justo contra un palo: 2-2.

En los penales, falló el segundo Vélez a través de Francisco Ortega; en el quinto sanjuanino, llegó Monllor, infló la red a pura potencia con su derechazo y la euforia se hizo carne en todo San Martín.

Lo que viene
Para San Martín ahora se viene disputar por primera vez los octavos de final de la Copa Argentina. En ese sentido, todavía no hay rival confirmado pues esto se conocerá con la llave entre Patronato y Argentinos, que se medirán el próximo martes a las 16 horas en el estadio de Sarmiento de Junín. Un dato, el Verdinegro comparte la “Zona A” en la Primera Nacional con el Patrón.

Desahogo
Tras la clasificación, el volante sanjuanino, Nicolás Pelaitay, se tomó en broma el gol en contra que marcó para el 2-1 parcial de Vélez, cuando por querer rechazar un balón contra un rival la clavó en el ángulo de Monllor. “Ahora les dije a mis compañeros: ‘A fin de año prendan el televisor que salgo en todos los canales’. El gol en contra sale en todos lados”, destacó el jugador de 30 años.