San Lorenzo se hizo nuevamente del clásico ante Huracán por 3-0 y gran parte del mérito fue del propio perdedor, con una secuencia de errores que sellaron un resultado mucho más abultado que las diferencias evidenciadas en el campo de juego.

Cuando Huracán, con sus dificultades a cuestas, lo tenía a tiro de un empate, dos entregas fallidas en la zona defensiva, le regalaron a su tradicional rival un festejo de dimensiones impensadas.

Fue Huracán el que comenzó con mejor manejo de pelota, pero las dos líneas de cuatro que dispuso Sebastián Méndez para San Lorenzo y las limitaciones ofensivas del Globo, impidieron que llegara con claridad al área defendida por Pablo Migliore.

Apenas si llegó con un disparo de media distancia de Toranzo que se fue por encima del travesaño. San Lorenzo, ante ese panorama, esperó para salir rápido de contra y lo logró a los 21, cuando Bordagaray la tomó en mitad de cancha por derecha, se metió hacia el medio y volvió a abrir hacia esa punta, donde Gómez hizo una corrida y se la jugó, exitosamente al primer palo de Monzón. San Lorenzo se retiró victorioso con una sola llegada que supo aprovechar.

En el segundo tiempo, Huracán volvió a mostrar mejor dominio de pelota y mayor tenencia, pero San Lorenzo supo alejar a los delanteros rivales. Tampoco Balvorín aportó tras ingresar desde el vamos por Franzoia. Se le empezó a complicar a Huracán cuando se quedó sin Filippeto por doble amarilla, tras lo cual llegó la secuencia de errores que derivaron en la goleada.

A los 24′ Paolo Goltz salió muy mal y perdió la pelota en la puerta del área ante Bordagaray, que tuvo tiempo de eliminar a Monzón y marcar. Y tres minutos después fue Balvorín el que cedió mal al medio, Leiva inició la réplica, abrió para Bordagaray por izquierda, se llevó la atención y marca del arquero Monzón, devolvió al medio y Leiva la puso medida por sobre los defensores.

Todo fue fiesta y olés en el final del partido en el Bajo Flores, en gran parte gracias a los favores de Huracán.