San Juan.- Corrían 33 minutos del complemento y el partido estaba 2-2 con Lanús ya con 10 jugadores por la expulsión de Aguirre y con todo San Martín volcado en su área buscando el triunfo. El que pudo llegar de nos ser porque el árbitro Pablo Díaz quedó mal ubicado tras una serie de rebotes en el área del Granate y cuando la pelota le quedó de frente a Joaquín Molina para sacudir el derechazo, el juez la tocó involuntariamente con su pie, le corrió el fútbol y el delantero no lo pudo creer ya que le dejó con la pierna derecha con el gesto de pegarle.
La intervención de Díaz generó el desconcierto de Lavallén y todo el banco de suplentes y reproche de todas las tribunas para el árbitro, porque le ahogó lo que podría haber sido el tanto de un triunfo buscado en los minutos finales.
La jugada en cuestión fue rápida, por izquierda con la penetración de Maximiliano Lugo, quien entrando al área chica sacó un zapatazo al arco, que lo desviaron, y en el primer rebote la quedó a Ezequiel Montagna quien hizo el hueco y le volvió a pegar, aunque en el camino le frenaron en el intento y fue entonces cuando la pelota quedó servida en el medio del área y con Molina solo y de frente a Monetti, pero nunca pudo darle porque Díaz le burló la pelota.

