Un viejo axioma del fútbol reza: "penal bien pateado es gol". Y, respetando a rajatabla esa verdad no escrita, Independiente venció a Estudiantes 4 a 1 y clasificó a las semifinales. Pero no solo de la efectividad de sus ejecutores vive el "Rojo", también respira por la intuición y seguridad de su arquero, Sebastián Sosa, que atajó dos y cimentó las aspiraciones del equipo de Julio Falcioni.

El partido, que terminó empatado sin goles, fue flojo y muy apretado, con pocas situaciones de gol. Estudiantes e Independiente se estudiaron mucho, lucharon demasiado, se bloquearon y generaron un primer tiempo con pocas emociones.

Cauteruccio y Leandro Díaz intentaron para el "Pincharrata" y no inquietaron a Sosa. Lo más claro para Estudiantes, que se insinuaba mejor, fue un cabezazo de Noguera que dio en el travesaño. Aún llegando poco, Independiente tuvo la más clara sobre el final, con un remate de Blanco que exigió un manotazo salvador de Andujar.

En el complemento empezó mejor Independiente, pero a los 13 minutos se quedó con un hombre menos por la expulsión de Ortega. A partir de ahí Estudiantes monopolizó el dominio de la pelota pero careció de claridad.

A los 35 el local armó una buena jugada por izquierda con centro al segundo palo, pero Godoy desperdició una situación desde una posición inmejorable. Y después no hubo más opciones de gol.

Así se fueron a la definición por penales, donde Independiente no falló y tuvo en Sebastián Sosa al héroe de la noche.