Buenos Aires, DYN
Independiente consiguió anoche un emotivo, transpirado y solidario triunfo clave por 1-0 ante Vélez Sarsfield, que le sirve para aferrarse a la Primera y lo revitaliza justo en la semana previa al clásico de Avellaneda. Aunque, por una milésima que le lleva San Martín no le alcanzó para salir del descenso.
En Liniers, por la segunda fecha del torneo Final y con un futbolista menos desde los 23’ del primer período por la expulsión del imprudente Julián Velázquez, Independiente hizo valer al máximo el gol de media vuelta que aportó Cristian Tula justo sobre el desenlace del primer segmento y a partir de entonces lo defendió con abnegación y conformando una infranqueable línea roja.
No fue un buen primer tiempo porque los dos equipos carecieron de ideas en ofensiva y chocaron contra las defensas adversarias. Y cuando parecía que la historia se volcaba en favor del campeón por la expulsión de Velázquez terminó pasando lo contrario, dado que en el cierre de la etapa el Rojo llegó al desnivel. A los 44 minutos, Montenegro envió desde la izquierda un córner pasado que Ernesto Farías cabeceó en el segundo palo, el uruguayo Sebastián Sosa dio rebote y Tula, de media vuelta y cayéndose al piso, colocó la pelota de zurda por encima de los defensores junto al palo derecho. En el segundo capítulo Independiente se aferró a la ventaja en el tanteador y le cerró los espacios casi a la perfección a Vélez, haciendo de la defensa el sustento de su juego. El equipo del Tolo Gallego se paró con 5 defensores, 3 mediocampistas y un único punta y el sistema sirvió para impedirle la igualdad al dueño de casa.
Vélez contó con 2 ocasiones. A los 4, Mancuello cerró justo antes que Rescaldani definiera con el arco a disposición. Y a los 37, un cabezazo de Sebastián Domínguez que Rodríguez sacó hacia su costado derecho en una intervención notable. El resto del tiempo se vio una sólida y nutrida defensa del Rojo, que se llevó la primera gran sonrisa del año.