Córdoba, 23 de junio.- Instituto fue al frente este sábado, pero se topó con un Ferro Carril Oeste inteligente que lo goleó de contraataque 3-0 y lo dejó sin ascenso directo a la Primera B Nacional.

El Estadio Juan Domingo Perón estaba preparado para recibir la gran celebración cordobesa, pero los simpatizantes albirrojos empezaron a precipitar la salida cabizbajos cuando la frustración generalizada empezó a tomar forma tras el segundo gol verdolaga, el que convirtió Jorge Pereyra Díaz, a los 33 minutos, favorecido por otra atención de Sebastián Navarro, el mejor jugador de la cancha.

El principio del fin para el ascenso directo del equipo de Darío Franco se observó a los 11 minutos del segundo período, cuando Luis Salmerón puso la pelota abajo y a la izquierda de Julio Chiarini, luego de un pase cruzado de Navarro para Marcos Acuña y una habilitación sutil de Osvaldo Miranda para el Pupi.

El tercero se concretó a los 38, cuando Navarro fusiló a Chiarini, tras un balón que rebotó en el travesaño, como consecuencia de una escapada del veloz Pereyra Díaz, quien acababa de entrar justamente para aprovechar las réplicas. En esa escena también había participado Navarro en la gestación.

Tras semejante impacto en la red y en el ánimo, a Instituto le espera ahora recuperarse cuanto antes para intentar la escalada en una durísima serie de Promoción. Instituto jugó a lo Instituto, fue al frente, mostró esa vocación ofensiva irrenunciable, pero el cotejo se desarrolló de un modo muy parecido a como lo había calculado el entrenador de los verdes, Carlos Trullet.

Oeste tuvo en cuenta la vocación y la necesidad del elenco cordobés, por eso se dedicó a esperarlo con doble línea de cuatro, pero parándose lo más lejos posible de Carlos De Giorgi.

Trullet también contempló en el armado de ese esquema que el creativo Navarro se ocupara de la atención del esférico, para colaborar en la recuperación, pero especialmente para que se dedicara al manejo, la distribución y hasta el remate desde lejos.

Instituto de todos modos dispuso de oportunidades para convertir, a modo de ejemplo por intermedio de Miguel Fernández y Diego Lagos, pero quien más inquietaba y alimentaba el sueño de los anfitriones fue el Sapito Hernán Encina.

De todos modos, claro que la formación de Franco quedaba expuesta a las réplicas de los porteños. En la segunda parte todo siguió igual hasta que abrió el tanteador Salmerón y la cuesta para Instituto se volvió minuto a minuto cada vez más complicada.

Cuando acertó en la red Pereyra Díaz la reacción de La Gloria ya parecía una misión imposible. Por eso a Instituto le queda lamer las heridas y ponerse de pie cuanto antes para ir en la búsqueda del ascenso por otra vía, la de la Promoción.