La dirigencia del Verdinegro tiene por estas horas un dolor de cabeza provocado por una demanda millonaria del exjugador Javier Toledo, hoy en Estudiantes, quien cuando era el 9 de San Martín tuvo un doping positivo por la ingesta de Oxa B12. La suma que el gigante delantero le exige a los de Concepción en concepto de "daños y perjuicios" es de 7 millones de pesos.
Según la presentación, Toledo argumenta que el error fue de los médicos de San Martín y que, a la postre, eso le trajo consecuencias. La realidad es que, si bien no fue dura la sanción, el jugador estuvo casi dos meses sin poder jugar cuando el 27 de julio pasado recibió la sanción que lo obligó hasta el 22 de septiembre de ese mismo año a no pisar una cancha.
El doping fue informado el 25 de abril, pero Toledo siguió jugando normalmente a la espera de la sanción que llegó, finalmente, en julio. El espigado delantero se desvinculó de San Martín antes que inicie el último torneo para irse al "Pincha" de La Plata.