Buenos Aires, 24 de mayo.- Al finalizar el partido que le dio la clasificación a Boca Juniors para la semifinal de la Copa Libertadores, los jugadores fueron hasta donde estaba la hinchada que había viajado a Río de Janeiro y le arrojaron la camiseta, como muestra de agradecimiento.
El gesto se produjo después de días de discusión acerca del rol de los hinchas violentos que amenazan a jugadores y dirigentes a cambio de prebendas y con la exigencia de obtener buenos resultados deportivos.
Ejemplo de ello es la situación tensa que se vive en Independiente de Avellaneda, donde el presidente Javier Cantero, mantiene un enfrentamiento público con la barra brava.
Un caso similar se da en Racing, club en el que una de sus figuras, Giovanni Moreno fue amenazado por los barrabravas, hecho que obligó a reforzar con custodia los entrenamientos.
