En lo que era la típica entrevista "buena onda", Diego Korol recibía de Diego Maradona antenoche una campera de la selección argentina y lo llenaba de elogios. "Todos los argentinos están con vos, Diego", arengó Korol y el técnico se quedó 2 segundos con esa frase en su cabeza. "Parte de los argentinos", aclaró y siguió armando luego paredes de frases con mucho almíbar con el entrevistador.

"Parte de los argentinos" es lo que siente Maradona. Pero su aclaración apunta más bien a la "confianza" que le tienen en su función de director técnico, cargo al que llegó a la selección casi sin experiencia. Y al menos en San Juan está muy claro que Maradona está muy lejos de recibir un apoyo casi unánime. Basta con repasar las 20 opiniones recogidas en esta página para ver que dentro incluso de la gente ligada directamente al deporte hay quienes lo quieren y hay quienes no, con el buzo de DT en el Mundial. O el resultado de la encuesta en la página 2 de este suplemento para chequear que su función divide las aguas.

Si bien cuando recién termine la actuación de Argentina en el Mundial podrán hacerse los primeros balances de la "Era II Maradona en la selección" (ahora como DT), a priori puede establecerse que hay un objetivo que si Argentina cumple, Diego Armando se prende un habano y, con una sonrisa, exhalará el humo mirando a quienes no confiaron en él (ojalá que no repita los exabruptos luego de la clasificación en Uruguay). Y ese objetivo es llegar a semifinales. Desde lo estadístico, esta selección hará lo que Argentina hizo sólo en 4 Mundiales anteriores. Si bien en esas cuatro ocasiones Argentina terminó accediendo a la final (los triunfos de 1978 y 1986, las derrotas en 1930 y 1990), lo cierto es que en ninguna otra actuación de la celeste y blanca, estuvo entre los cuatro mejores. Es más, desde la final perdida en 1990, en los 4 torneos posteriores, esas selecciones se despidieron en: una en octavos de final (1994), dos en cuartos de final (1998 y 2006) y una en primera ronda (2002). Si Argentina alcanza las semifinales, jugará 7 partidos. Aunque termine cuarta en Sudáfrica, Maradona estaría presente en 3 puestos del top 5 de las actuaciones de la albiceleste en los torneos ecuménicos, ya que jugó en 1986 y 1990 y dirigirá en esta ocasión.

En caso que Argentina llegue a cuartos, las aguas seguirán igual de divididas. Maradona no fue menos que las últimas campañas en Mundiales (pero tampoco mejor). Irse en octavos empieza a inclinar la balanza a favor de los que desconfían. Caer en la fase de grupos sería un golpe de nocaut, porque todavía está la cicatriz de la eliminación de 2002 en Corea-Japón, y eso que ese fue denominado el grupo de la muerte.