
Buenos Aires, TELAM
Todas las voces, todas, pidieron en la Bombonera por la continuidad de Carlos Tevez en Boca Juniors, en una reafirmación del cariño incondicional que el hincha xeneize profesa por el ídolo y referente del equipo, quien alimentó el clamor popular con otra gran actuación, en el triunfo por 4 a 1 ante Colón de Santa Fe, con un gol y una jugada magistral a puro amague y gambeta para el primer grito. Antes y durante el partido los cánticos dejaban en claro el sentimiento y el pedido que tenían como destinatario al héroe del 4 a 2 ante River.

Así, atronó el ‘que de la mano, de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar‘, y ‘Carlitos es de Boca y de Boca no se va‘, que el futbolista agradeció emocionado con su mano derecha en el corazón, es decir, en donde está el escudo xeneize en la camiseta. Hubo clima de despedida y lágrimas del propio jugador cuando se retiró del campo de juego. El clamor -los miles que estuvieron y los millones que no pudieron estar en la cancha- tuvo como eje pedir un imposible: que el ‘Apache‘ se quede en el club que ama y al que regresó en 2015 tras más de 10 años fuera de casa, mientras la danza de millones de dólares del fútbol chino lo envuelve con una oferta que muy pocos se atreverían a rechazar.
Esa cifra estrafalaria que ofertó una empresa (un club es otra cosa) llamada Shanghai Shenhua, 44 millones de dólares por dos temporadas, es el motor de arrastre que dejaría a Boca sin su último ídolo. Por eso los cánticos emocionados y hasta dolidos de los hinchas genuinos, los que viven la pasión y no los negocios, los que se ubican lejos de los deseos de cualquier jugador de grandes ligas, y también de los dirigentes.
Si hasta el mismo Daniel Angelici dijo el jueves último que la ida de Tevez abriría el mercado asiático para el fútbol argentino, al tiempo que debe apreciar sobremanera los 10 millones de dólares que le ingresarían a Boca si el jugador -quien el 5 de febrero próximo cumplirá 33 años- se va ahora, seis meses antes de que termine su contrato.
Lejos de cuentas corrientes y transferencias bancarias, la multitud cantó por lo que el ‘10‘ le ha dado a Boca en sus dos etapas en el club, en aquella etapa de su explosión en primera, ese aroma al extinguido potrero que aportó juego, goles y alegría tras su debut a fines de 2001, su consolidación en 2002, y la consagración en 2003 con campeonato local, Copa Libertadores en las inolvidables finales contra Santos, y la Intercontinental ante Milan en Japón. La yapa fue la Copa Sudamericana en 2004.
La misma Bombonera que ayer vibró y pidió seguir viendo a Tevez con la camiseta azul y oro fue la que lo recibió con una fiesta inolvidable el lunes 13 de julio de 2015.
