El papa Francisco, el hincha de San Lorenzo más famoso del mundo, tuvo ayer en sus manos la Copa Libertadores, el trofeo más deseado por hinchas azulgranas durante décadas que le fue ofrendado por una delegación de jugadores y dirigentes del club en el Vaticano.
En representación del club de Boedo estuvieron el presidente y vice, Matías Lammens y Marcelo Tinelli, el entrenador Edgardo Bauza, el manager Bernardo Romeo y los jugadores Julio Buffarini y Juan Mercier.
La audiencia fue a las 10 de la mañana de Italia (5 de la Argentina) en el salón Juan Pablo II. En la foto en la audiencia pública, el Papa atinó a alguna sonrisa cuando tomó en sus manos el enorme trofeo, la obsesión que por más de medio siglo significó para el hincha azulgrana.
El técnico Bauza, por su parte, describió su encuentro con Su Santidad como “un momento hermoso, único, mucho más teniendo en cuenta el momento que está viviendo” por la muerte de sus familiares. “Le dimos, como nos dijo, dos minutos de felicidad”, remarcó el entrenador. El presidente del club, Matías Lammens, sostuvo que el Papa ‘se puso contento cuando le dijeron que venía San Lorenzo, se le notaba en la cara. Nos dijo que San Lorenzo es parte de su identidad cultural‘. “Quiera Dios que volvamos en diciembre luego de ganar el Mundial de Clubes que se jugará en Marruecos”.
La Copa es del Papa
Francisco recibió a la delegación del club de Boedo en la audiencia general realizada ayer.

