El ciclista italiano Matteo Trentin (Omega) se impuso ayer en la séptima etapa de la 101ª edición del Tour de Francia, transcurrida entre Épernay y Nancy sobre 234,5 kilómetros, tras pasar bien los dos puertos de altura de 4ta categoría y ser el más rápido en la meta de la ciudad de la región de Lorena, en un final accidentado con varias caídas en que se vio afectado Tejay van Garderen (BMC).
Fue un discutido final para una etapa muy larga que de nuevo evitó que los ciclistas pudieran relajarse. El último ascenso, el de Boufflers, a sólo 5,5 kilómetros del final, sirvió para ver a los mejores en cabeza (Valverde, Contador y Nibali marcándose personalmente) y a unos luchadores Sagan y Van Avermaet. Finalmente se llegó en grupo, en un accidentado embalaje donde Trentin se impuso a Sagan, de nuevo a las puertas de la victoria. No estaban Kittel, Greipel o Renshaw, pero aún así no pudo sonreír como acostumbra Sagan. Peor lo tuvieron Talansky, con su caída a 200 metros, o el grupo que se fue al suelo también dentro del último kilómetro.
Hoy se disputará la octava etapa, entre Tomblaine y Gérardmer La Mauselaine sobre 161 kilómetros, se espera que haya algún movimiento entre los candidatos a la general. No es una etapa de alta montaña, pero sí el primer final en alto tras encadenar tres puertos de montaña: Col de la Croix des Moinats (2ª), Col de Grosse Pierre (2ª) y la llegada final a La Mauselain (3ª).