Necesitaba el triunfo Argentina para mantenerse con vida en el Sudamericano Sub-20 que se disputa en Chile. Lo logró: venció 1-0 a Colombia por la segunda fecha de la fase final del campeonato. Pero sucedió algo también importante: el elenco que comanda Fernando Batista jugó, tal vez, el mejor partido del campeonato. Ahora el conjunto nacional suma tres unidades en dos jornadas.

El primer tiempo de Adolfo Gaich fue para poner en un cuadro. Hizo todo bien el delantero de San Lorenzo; solo le faltó el gol. Ante Colombia, Fernando Batista optó por ponerlo junto a Maximiliano Romero, aunque el exjugador de Vélez jugó por detrás de Gaich. Gonzalo Maroni se movió por la izquierda y Julián Alvarez por la derecha, un puesto que le queda incómodo. Le sentó bien el dibujo táctico a Argentina, que se paró unos metros más a tras y dejó al goleador del Ciclón estancado entre los centrales colombianos. Aguantó todo Gaich y provocó lo mejor del equipo. No estuvo fino para acompañarlo Romero, es cierto.

Un resumen de la primera parte de Gaich: a los 17 minutos, ingresó al área de izquierda a centro y pifió la definición luego de un sutil empujón de Andrés Reyes; a los 39, conectó de cabeza un tiro libre de Alvarez y la pelota se fue a centímetros del palo derecho del arquero Kevin Mier Robles; y a los 40, generó el tiro libre que devino en gol de Julián Alvarez.

Merece una mención especial el primer gol argentino. El laboratorio de Batista funcionó a la perfección. Francisco Ortega y Julián Álvarez fueron los encargados de pararse cerca del balón. Iban 42 minutos del primer tiempo. El jugador de River pasó trotando junto al balón, como desentendiéndose de la maniobra. El de Vélez practicó un amague. Kevin Mier, el arquero colombiano, se confió en que Ortega tomaría carrera otra vez para tirar el centro, pero sorpresivamente Alvarez, que volvía al trotecito, remató al arco y la clavó al primer palo. Sí, fue un golazo.

Sufrió Argentina en el final del juego y no porque Colombia lo haya asediado. Generó mucho el elenco nacional y convirtió poco. No estuvo fino a la hora de definir -Gonzalo Maroni pifió más de una definición- y tampoco tuvo suerte. El ingresado De la Vega no pudo desviar un anticipo de cabeza en el primer palo tras un córner desde la derecha. Estaba solo a un metro de la línea de gol.

Los minutos finales fueron centros y centros, pero los centrales Nehuén Pérez y Facundo Medina se encargaron de despejar el peligro. E incluso salvaron alguna mala salida del arquero Manuel Roffo.

“Los técnicos nos pidieron que entrenáramos la jugada preparada. La hicimos en la fase de grupo y decidí tirar el centro. En esta fui convencido de pegarle al arco; por suerte salió”, confesó Julián Alvarez. Y cerró: “Hicimos un buen partido. Nos faltó ser contundentes”.

La jornada continuará con el duelo Ecuador- Uruguay, a las 19.50, y se cerrará desde las 22.10 con Venezuela- Brasil.