1) Era la primera vez que una competencia de estas características pisaba ese paraje. Por eso todo San Martín fue una revolución. Desde las 6 de la mañana, el pueblo salió a las calles para recibir a los visitantes de la mejor manera. Fueron cerca de 6 mil los espectadores comunes y amantes fierreros que se dieron cita en el paraje Ceferino Namuncurá para observar la largada de la cuarta etapa. Y la pasión no faltó.
La largada, ubicada en los fondos del Barrio San Martín, en la localidad de La Puntilla, recibió a muchos apresurados que decidieron pasar la noche en ese paraje para así amenizar la previa del Dakar. El fresco de la madrugada obligó a utilizar los abrigos, que a medida que iban pasando las horas, y los autos y camiones comenzaban a largar, fueron guardándose en los bolsos, mochilas y carpas de los ocasionales visitantes.
Los vecinos, por otro lado, casi que no durmieron. Es que la expectativa por el Dakar dejó sin sueño a los locales que recibieron la visita de esas poderosas máquinas que transitan por el mundo entero. “Esto que estamos viviendo es único. Nunca pensamos que podíamos tener un espectáculo así” contó emocionada Claudia, una vecina de la zona mientras bajaba ropa de la soga. Y sí, el Dakar es de la gente, y la gente en San Martín no defraudó.
2) El rugir de los motores y el bramido estremecía la piel de los presentes. Eso sucedió ayer en el paraje “El Salado”, ubicado a unos cuantos kilómetros del departamento Albardón. Esa zona de espectadores destinada por la organización para observar el paso del Dakar en la jornada de ayer resultó la que reunió mayor convocatoria. En esa zona se ubicaron, según cifras otorgadas por Gendarmería Nacional, alrededor de 8 mil personas. Y seguramente entre los motivos, uno debe ser porque el lugar ofrecía cerros y un camino con curvas y contracurvas donde los autos y camiones aceleraban a fondo, provocando el estallido de los fanáticos que trataban de pagar de alguna forma ese espectáculo con gritos y aplausos. Desde adentro, los conductores devolvían el gesto con algún bocinazo.
Esa zona, por la que se ingresaba tras recorrer una larga huella, comenzó a recibir gente desde la tarde anterior. Así, con carpas, guitarras y siempre acompañando el paso de los vehículos con alguna bebida, los fanáticos vivieron un día que será histórico. La buena visión que permitió ese paraje obligó a todos a ubicarse al costado del camino de esa especie de río seco, con algo de vegetación propia de las zonas desérticas que sirvió de buen resguardo para los visitantes.
3) Era día laboral pero eso no importó. El mundo fierrero, y también el que no es tan fanático, se acercó a las calles por donde transitaron en enlace autos y camiones, que se dirigían a San Martín para la largada de la cuarta etapa. Tal cual había ocurrido en la jornada anterior, cuando los competidores iban camino al vivac en el Autódromo El Zonda, ayer ocurrió lo mismo con la congregación de 4 mil personas en las calles sanjuaninas. Eran las 6 de la mañana cuando por Av. Ignacio de la Roza comenzaban a pasar los primeros vehículos. Muchos en la zona de la Esquina Colorada habían madrugado y sin dudarlo salieron a la calle con mesas y sillas para despedir a los protagonistas de este Dakar.
Esa misma escena se extendió a lo largo y ancho del recorrido, que tras dejar la avenida Central, encaraban por Circunvalación para descender en Av. Libertador, en Santa Lucía. Ahí sí, una multitud formó un cordón humano al costado de la calzada para ver a esas máquinas que pasaban en las primeras horas de la mañana. Con cámaras fotográficas o celulares, no importaba el modelo ni la calidad, lo importante era tener un recuerdo de esos vehículos que aceleraban a fondo y frenaban de golpe en los semáforos. El Dakar apostó por San Juan y el público sanjuanino respondió.