Dolido como todos por la pérdida del "Wey" Zapata, Franco Chancay, al frente del equipo médico que estuvo a cargo de la rehabilitación del piloto, contó los detalles de cómo se dio el proceso: dijo que lo más dificil fue manejar la ansiedad del piloto debido a las ganas que tenía Zapata por volver a competir. "Él siempre decía que una vez se quebró y salía andar en moto con una sola mano, por eso decía que ya había vivido eso y que para él sería mucho más fácil", aseguró Chancay, coordinador del área Salud de la Secretaría de Deportes.

"Trabajamos mucho el equilibrio porque él quería volver a competir. Se fue en su ley"

"El Wey no quería dejar de acelerar, era su forma de vivir, él te gritaba "Wey motocross", era su forma de vivir. Era muy difícil poder manejar la ansiedad. Lo trabajamos mucho con los psicólogos pero era muy difícil porque su objetivo era subirse a la moto, después que se subió a la moto y corrió su primer carrera que fue en la categoría más baja, volvió el lunes y me dijo "estoy a 8 segundos de los capos, yo quiero ir ahí"", comentó. Chancay dice que junto a los profesionales le aconsejaron que fuera un poco más despacio, que se metiera de lleno en trabajar con la prótesis que se estaba realizando en Córdoba en donde ya le habían hecho las pruebas de adaptación y estaba pronta a estar lista para usarla: "Lo hablamos mucho, con todo el equipo de profesionales le decíamos "Wey vas muy rápido, trabajemos con la prótesis". Habíamos trabajado en conjunto con los médicos protesistas de Córdoba porque era una prótesis que él iba a manejar con su escápula, con su hombro. Con dos movimientos del hombro para atrás la mano se abría, un movimiento para atrás, la mano se cerraba. Habíamos empezado a trabajar mucho tratando de fortalecer algunos músculos del cuerpo tratando en lo posible de que cuando se cayera, pudiera controlar la caída", aseguró.

Chancay lo definió como "un pibe muy alegre y con una fuerza de voluntad enorme". "Trabajábamos 2 horas en el consultorio y nunca te decía que estaba cansado, siempre te pedía más porque quería bajar esos 8 segundos. Entendía que tenía una discapacidad porque le faltaba un brazo pero te decía "yo voy a poder". Hay muchas personas que dirán nunca nadie le dijo que no lo hiciera. Todo el mundo le decía: Wey a esa velocidad no, vas a poder andar pero no competir, pero su objetivo era competir y se fue en su ley", aseguró.