La obligación extrema casi lo condena a este San Martín que venía de 3 juegos sin triunfo y estaba casi despidiéndose de la posibilidad de pelear por un ascenso. Hasta que llegó el minuto 18 del segundo tiempo y Mauro Bogado sacó un derechazo tremendo para colgar la pelota del ángulo y darle el triunfo al Verdinegro por 1-0 sobre Sportivo Belgrano. Victoria necesitada, para un partido al que no le cabía otro resultado. Por eso la alegría final, ya que durante el partido sufrió demasiado y el rival tuvo varias opciones de igualarlo, pero alegría porque descontó unidades a los de arriba y quedó a 6 puntos de la zona de ascenso, cuando al torneo le restan todavía 9 fechas.
Un triunfo que se gestó con una pelota parada ya que jugando al ras del piso no fue nunca el camino ante la presión y sistema de Sportivo Belgrano que en varios pasajes del encuentro leyó mejor el partido y puso en aprietos al equipo de Azconzábal. Un equipo que con centros y constantes pelotazos fue limitando sus posibilidades ofensivas para hacerle más fácil la labor a los espigados centrales cordobeses. Por eso el premio mayor llegó por la única vía, la del tiro libre.
Fue el gol y el esfuerzo final. Porque antes hubo un primer tiempo pobre donde la pelota transitó por el centro, con Sportivo más práctico y San Martín con pelotazos sin destino. Por eso Poggi tuvo que mostrarse con mayor despliegue pero sin generar peligro ante la presión de la visita que le impidió hacer su tarea y para lo que San Martín no mostraba signos de modificarla ante la adversidad. Sólo López hizo una heroica, dejó 3 rivales para una definición errónea.
De una primera mitad sin un abanico de intenciones, que se sostuvo por la entrega de Pelaitay en el centro, pasó a un complemento donde desde el ingreso de Salas cambió mucho. Y que tomó mayor cuerpo a los 18’ con el gol de Bogado. Luego lo tuvo Caprari y cuando parecía que el equipo se acomodaba, la obligación lógica de Sportivo lo metió contra el arco de Ardente (Pocrnjic se fue lesionado) y tuvo tres claras para empatarlo. Pero fue sufrir hasta el minuto 52 para desatar el grito olvidado de triunfo y volver a estar vivo.

