Jorge Giacinti demostró una vez más que haciendo una buena contrarreloj puede cambiarse la historia de una carrera. El Gringo, aplicando toda su sapiencia, voló en el Campo de La Bebida y clavó el cronometro en 10m58s. Laureano Rosas a 11 y Emanuel Saldaño a 17 segundos, fueron quienes completaron el podio y se ubicaron (ambos a 11 segundos) como los contendientes directos.

Los 116,4 kilómetros que tuvo la etapa de la tarde fueron muy movidos. El equipo del Sindicato Empleados Públicos endureció el ritmo de entrada y logró meter seis hombres en una fuga de 14 ciclistas. Dentro de ese grupo viajaba Nicolás Naranjo (M.Rawson) y Josué Moyano (SLST) quienes se beneficiaban con la diferencia que superaba el minuto. Al cumplirse el tercero de los seis giros, se escapó el jachallero José Reyes (SEP), quien en un momento dado le llevaba medio minuto a otros 12 ciclistas y 2m52s al pelotón donde venían dejando la vida por alcanzar los puntanos del equipo continental que dirige Ramón Sánchez.

Al iniciarse el cuarto giro, Reyes fue alcanzado por sus compañeros Franco Lopardo y Cristian Romero. Entre los tres estiraron la diferencia a casi tres minutos. Luego, por el lógico desgaste del esfuerzo, la luz comenzó a achicarse. Cuando promediaba el penúltimo giro, Adrián Gariboldi, ciclista y jefe de filas les ordenó a sus compañeros que pararan que esperaran al grupo de 30 hombres donde venía Rosas. El motivo era que Laureano ganara los 3 segundos de la meta bonificada -como ocurrió- y achicar la brecha con Giacinti a 8 segundos. Se buscaba ganar la etapa y con los 10 segundos de bonificación desbancar al cordobés. Todo iba bien hasta que Roberto Richeze y Juan Ignacio Curuchet se escaparon y llegaron a la meta con una luz que dejo a Rosas segundo en la general.