Otra vez. De nuevo segundos. Como siempre en los últimos Mundiales. Detrás de España, ese monstruo que se está haciendo inexpugnable. Dolió la derrota en la final. A todos. Fue una simbiosis de desencanto. Porque la Albiceleste estuvo cerca. Y no pudo hacerlo. En la cancha, los jugadores dejaron todo. Hicieron lo que se debe hacer, inclusive en una situación de desventaja. Pero no pudieron sostener esa levantada heroica que dejó perdidos a los españoles en la recta final del partido. Es cierto, ellos tuvieron la gloria en sus manos pero la dejaron escapar.
La derrota va más allá de esos números fríos que quedaron en el tablero. El proceso argentino que largó un par de meses atrás terminó en algo que puede considerarse lógico. Sin un total de organización, orden y hasta trabajo, jamás le podremos hacer frente de igual a igual a la máquina aceitada que sigue siendo España. Esta vez Argentina estuvo cerca. Más cerca que cualquiera pueda imaginarse. Sólo faltó ese clic que hace a la perfección. Pero esa finita falta de algo, hurgando todo el proceso, va más allá de una pequeñez. Es, en el mundo de las perfecciones, un abismo. A veces, como pasó acá, en Angola, España queda expuesto al cachetazo porque factores externos a esa perfección lo dejan huérfano de sentirse inexpugnable.
Por eso es que Argentina estuvo cerca. Apenas a un gol. Sólo con meter una de esas que se dieron en el final. Porque antes de ayer, si la Argentina empataba, el alargue iba a convertirse en un martirio para los españoles.
Saliéndose de ese frenesí que cautivó a propios y extraños, porque a los angoleños se les metió el partido en la sangre, sería bueno hacer un mea-culpa y pensar en el porqué de esta nueva derrota ante España.
¿Qué pasa? ¿Nos ganan con la camiseta? No, no es posible. A ningún argentino le ganan con la camiseta. Sólo por un motivo: los argentinos son pasionales.
Ergo, los argentinos deberán poner un paño frío para analizar la situación. Por ejemplo: ¿seguirá la enemistad entre la Confederación Argentina de Patín (CAP) y la nueva Federación Argentina de Hockey sobre Patines (FAHP)? En realidad es una situación que no tiene sentido. Porque si en un ‘pueblo chico‘ se pelea la gente, jamás llegará a vivir en un ‘pueblo grande‘. En España no hay dos organismos distintos que manden en el hockey. Por eso, son los que son. Campeones de los últimos cinco Mundiales.
Basta que los jugadores del seleccionado argentino, entre otras cosas, pidan a gritos trabajar en mejores condiciones en las previas de un Mundial. Basta que los sitcks oficiales (y todos los otros materiales) terminen juntándose con los jugadores en el viaje al Campeonato. Eso es atroz. Eso jamás nos hará igualarnos con los españoles, al fin y al cabo los únicos rivales en serio para llegar al título.
Es cuestión de asimilar el golpe. De pensar en los porqués. De unirse. Porque Argentina nunca encontrará la gloria si no está unida. Si no se terminan las antinomias. Basta de sentirse una potencia si no está el aparato logístico por detrás. Porque España seguirá ganando títulos mundiales. Todo esto es una cuestión de aprendizaje. De analizar cuáles y cuántas fueron las equivocaciones. Argentina está ahí. Esta para pelearle palma a palmo el título a España. Pero habrá que poner un todo en la organización y el orden. Ésta es una derrota que grita los cambios. No hay que mirar al horizonte y quedarse, porque el árbol tapa el bosque. Vamos Argentina que se puede.