Tradiciones son tradiciones y el apellido Páez es todo un mito en el hockey sobre patines sanjuanino. En la actualidad, los sucesores tratan de seguir con esa dinastía como para que el apellido siga perdurando en el tiempo. Ese mismo apellido, que le dio a la disciplina uno de los mejores jugadores del mundo, José Luis, sigue dando que hablar en el ambiente hockístico, dándole paso a la segunda generación. Tres de los hermanos Páez, José Luis, David y Carlos (Eduardo está en Francia) se reunieron junto a la segunda generación compuesta por Eduardo (hijo del mayor de los hermanos, con el mismo nombre), Damián (hijo de Carlos) y Nicolás (hijo de David), se juntaron en la cancha de Concepción, la cuna de ese apellido.

La charla fue de “mayor a menor”, en todo sentido… José Luis, quien supo derrochar talento en Europa por más de 20 años y se cansó de conseguir títulos (en la Selección argentina y también en los distintos clubes donde jugó) abrió la conversación: “Los Páez no desaparecemos, yo a mis 44 años me dedico a disfrutar y ver a mis sobrinos que practiquen lo que más amo en el mundo, es un orgullo grandísimo”, sostuvo quien colgó los patines hace algunos años. David, que integró la Selección Nacional hasta el Mundial pasado (en 2011), con 37 años sigue jugando en Bancaria pero además, ya disfruta de ver jugar a su hijo Nicolás, que, con siete años, hace sus “primeros pasos” en Banco Hispano. “Es una alegría inexplicable ver como Nico ya empieza a seguir este camino”, cuenta.

Carlos, el menor de los Páez (35) y quien -a diferencia de sus hermanos- nunca llegó a emigrar a Europa, también disfruta de ver a su hijo Damián como destila talento en Concepción. “Es el futuro José Luis”, afirman los mayores llenando de elogios al pibe que con 13 años ya comienza a perfilarse para seguir los pasos de los tíos. Eduardo (h), por su parte, con 20 años, afirma haber alcanzado uno de sus sueños tras debutar en la Primera de Concepción tras su paso por Vendéene de Francia.

Tanto a José Luis, David y también a Carlos, se les siembra algo de nostalgia al nombrar Concepción, y más si se le pregunta por la casita donde nacieron. “Ésta es nuestra casa, nuestra cuna, donde se forjaron nuestros sueños, nunca vamos a dejar de venir acá”, afirmaron. Y seguramente será así. Mientras haya un “Páez” adentro de una cancha de hockey, la dinastía seguirá vigente por muchos años más.