En Junio de 1983, un grupo de soñadores quería hacer escuela en Albardón y decidieron embarcarse en la creación de la Asociación Deportiva Albardón. De aquel sueño pasaron ya 32 años con mucho trabajo en el medio y con una particularidad que marca el presente de la ADA: el apellido Malla. Los cuatro hermanos varones de una de las más tradicionales familias albardoneras son arte y parte del andar de la Escuela: desde la presidencia hasta llegar a la formación de las inferiores, pasando por la capitanía y tocando la dirección técnica del primer equipo que acaba de coronarse campeón del Apertura 2015 en el fútbol albardonero.
Los Malla tienen nombre y cargos. Raúl, es el actual presidente y ya cumplió su primer año de mandato; Luis es el coordinador de todas las divisiones inferiores, mientras que Omar es el técnico de Primera División que en este 2015 ganó el Torneo de Clubes Campeones, pero resta uno más y es Iván que es el capitán del equipo.
En lo deportivo, la ADA no puede estar mejor. Viene de ganar el Apertura 2015 de la Liga, además de haberse coronado campeón del Torneo de Campeones ante Tupeli de 25 de Mayo pero además, tiene el récord en Albardón de haber disputado desde 2013 hasta hoy siete finales consecutivas, llegando a todas las instancias decisivas de cuanta competencia encaró. En esa faceta, Omar e Ivan son los más protagonistas y saben que el desafío se multiplica en cada fecha: ‘Antes, la ADA era formadora de jugadores nada más, pero ahora todos nos juegan a muerte. Estamos trabajando bien, con un plantel de 20 jugadores donde mezclamos juveniles de 15 y 16 años que ya debutaron en Primera con refuerzos de experiencia como Rodrigo Vedia -todo un símbolo- además de Fabián Tato González o Martín Uranga que llegaron desde la capital para aportar todo su oficio”, así lo resume Omar, el técnico que disfruta este momento.
Iván sabe que para jugar no puede dar ventajas: “Es dura la competencia pero sana. Yo busco sumar, aportarle a los chicos y disfrutar aún de estar dentro de una cancha que es lo que más me gusta. La ADA es mi casa y en cada práctica, en cada partido, disfruto a full de todo porque se que se acerca el momento de decir basta”, remarca.
Raúl es tal vez de los Malla quien más sufre lo que es manejar un club con pocos recursos y con muchas ganas: “Entre Inferiores, Escuelita y Primera se mueven más de 250 jugadores por fin de semana y eso implica trabajo. Nuestra prioridad hoy es el cerramiento con alambrado olímpico de nuestra cancha para poder jugar en la LIFI. Estamos acopiando materiales y hemos abierto incluso una cuenta corriente para que colaboren con concretar esta necesidad. Tenemos más de 100 socios pero la cuota es mínima y apenas ayuda pero hemos salido a la calle a buscar nuevos asociados y nos está yendo más que bien. Ya hemos logrado mucho en lo deportivo y es el momento de despegar en lo institucional porque las obras son las que quedan en los clubes”, finaliza.

