Argentina, con un tanto de penal de Lionel Messi sobre la hora, venció ayer a Portugal 2-1 en un intenso partido amistoso, que rodeó al duelo de cracks entre el rosarino y Cristiano Ronaldo, en el Stade de Ginebra ante unas 29.500 personas.

El delantero Angel Di María abrió el marcador a los 14' del primer tiempo y la estrella de Barcelona resolvió el juego con un penal a los 45' del segundo. Cristiano Ronaldo, de aceptable partido, empató para Portugal a los 21' del período inicial.

Si el partido fue presentado como el duelo de los dos grandes cracks del fútbol mundial, tanto Messi como Cristiano Ronaldo asumieron ese protagonismo con personalidad, insertados dentro de dos equipos con disposición táctica y dinámica similar.

La estrella de Barcelona fue determinante en los primeros 20 minutos, al monopolizar las tres llegadas de peligro que generó el conjunto de Batista. Después de alertar con un cabezazo, Messi irrumpió en el juego con su indescifrable habilidad para provocar la apertura del marcador en una excelente maniobra que inició y culminó Di María.

En ese lapso del partido, el rosarino se movió con soltura por todo el frente de ataque y Di María fue un extremo bien vertical en su recorrido.

Poco después del gol, en una combinación con Ever Banega, Messi quedó cara a cara con Eduardo pero el arquero ganó el duelo. La dinámica de Argentina en el ataque disimulaba algunos desajustes defensivos propiciados por fallas individuales y la intensidad del juego portugués.

Nani, extremo del Manchester United, buscó por el sector izquierdo y por ese lugar se gestó la acción que derivó en el empate. Encaró, descargó para Martins, Burdisso no pudo neutralizar un cabezazo de Almeida y Cristiano demostró que también es oportunista.

Argentina bajó su rendimiento a partir de la reacción portuguesa y esa característica se mantuvo en el inicio del complemento cuando el rival tuvo tres chances claras para sacar ventaja.

Argentina, en ese período, fue un equipo desarticulado, sin progreso ofensivo y con Messi obligado a un retroceso exagerado para tomar contacto con la pelota. Desde los 15 minutos, con los numerosos cambios, el partido perdió la intensidad de los primeros 60 y se emparentó más con su esencia amistosa.

Y cuando el empate parecía consumado, al igual que en el amistoso anterior ante Brasil en Doha, Qatar, Messi confirmó su llamado al protagonismo permanente. El lateral Fabio Coentrao derribó a Juan Manuel Martínez en el área y Messi resolvió el partido con un toque sutil que lo postuló como el gran ganador del duelo de cracks.