"A ganar". Ese era el mensaje con que arrancaba el video de la charla técnica de ayer de Daniel Garnero para sus dirigidos. Y lo así lo entendieron los futbolistas que pusieron la entrega y concentración de una final. Este San Martín demostró que la inesperada derrota de la semana pasada ante Tiro Federal era pasado y sacó pecho en Santa Fe. Venció con un gran primer tiempo por 2-1 a Unión y le tiró toda la presión para las últimas seis fechas de la campaña. Es que el Verdinegro, que sumó apenas su segundo triunfo en la B Nacional a domicilio del Tatengue en ocho juegos, quedó a cuatro unidades de su rival de ayer y con la esperanza de en la recta final llegar sin escalas a Primera.
Como era esperable, el inicio del local fue arrollador. Fue en ese vendaval del amanecer donde Pocrnjic aguantó con la cuota necesaria de fortuna, tal cual había pasado hace un par de fechas en Tucumán ante Atlético. Es que un zurdazo de Velázquez a los 4′, tras una mala salida de Galarza, se estrelló en el palo del uno. El Verdinegro se acomodó después de ese sofocón. Respondió al toque con un centro que Roberval no pudo terminar en gol, pero a esa altura el dominio del terreno ya era visitante y la impaciencia por ir ganando, de local. El equipo de Garnero esperó su momento y pegó a fondo, aprovechando los horrores en la zaga central adversaria. El primero fue a los 19′ cuando Maidana la perdió en la salida y tras un centro de Poggi, el rechazo local cayó en el borde del área y Alderete infló la red con un zurdazo inatajable para Limia. No se había recuperado de ese impacto el actual escolta del torneo y San Martín le metió otro mazazo terrible. En esta ocasión fue Barisone el que se demoró en el despeje y tras pelearla Roberval, apareció Canuto por el segundo palo y facturó. Efectividad letal. Un tembladeral era la última línea santafesina y si no llegó el tercero en el parcial fue por falta de precisión en los metros finales. El árbitro Pompei, que hasta entonces había estado correcto en su labor, expulsó bien a Pérez y mal a Canuto, ya que era amarilla para ambos por golpearse y entonces el que debía irse a las duchas era el volante de Unión.
Tal cual se esperaba, Unión arreció en su dominio en el complemento. Le copó el mediocampo al equipo sanjuanino y se acercó con peligro en ese arranque frenético con un remate defectuoso de Velázquez que salió desviado. Pero al toque y en apenas un cuarto de hora del parcial, Quiroga puso el descuento al conectar un centro del ingresado Zárate. 2-1 y la sensación que había que aguantar como sea la media hora restante. Podría haber sido de menor suspenso la historia si Roberval concretaba la chance neta que tuvo, pero que se demoró e incluso no llegó a definir (ver aparte). El equipo de Kudelka contó con un par más que claras. A los 23′, Velázquez metió un frentazo alto, en otra chance un centro cruzado no encontró por milímetros a Quiroga en lo que era el empate seguro. Cerca del cierre, Penco pudo cerrarlo en la única opción neta de la tarde, pero Limia le contuvo el remate. El pitazo final de Pompei desató el festejo Verdinegro, resumido en un puñado de abrazos en el centro de la cancha y un "vamos" de Garnero y sus colaboradores. Un paso gigante se había dado y la ilusión de subir está más latente que nunca.

