Siempre la religión está presente en cualquier deporte. Ayer, el ciclismo fue una muestra de ello con la denominada “Carrera de la Fe” que se disputó por tercera vez y que contó con un marco aceptable de ciclistas (fueron 59 en total) y también de público que se apostó a lo largo del camino.
Partiendo desde la Iglesia Catedral, el pelotón visitó otras seis iglesias de departamentos diferentes dandole un plus a la competencia y también a la temporada rutera que ya transita por la recta final.
Después de la partida desde la Catedral en el centro capitalino, la primera emoción de la tarde ya con el pelotón en movimiento se dio en la Parroquia Santa Bárbara, en Pocito. El próximo paso fue dirigirse a 9 de Julio para visitar la Iglesia Nuestra Señora del Rosario y posteriormente la Parroquia Cristo Rey, en Caucete. Con el público apostado en ese lugar para ver los embalajes de los ciclistas por quedarse con cada pasada especial, eso le daba otro toque de emotividad.
El turno siguiente fue viajar hasta el departamento San Martín, donde Don Bosco esperó el paso del pelotón. Desde allí, la caravana multicolor hizo un largo recorrido hasta llegar a la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados, en el departamento Albardón. Esa era la penúltima iglesia antes de llegar a Chimbas, pero antes también pasaron por algunas capillas donde también se disputaron metas: La Capilla San Pedro, Virgen de Fátima y la última, en El Carrerito.
En el barrio donde está emplazada la Agrupación Virgen de Fátima, el público acudió con las banderas para apoyar el paso del pelotón a pesar de que los corredores de ese equipo no estaban presentes. Después, fue la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Andacollo la que cobijó a los ciclistas en el final.