Juan Chica, subsecretario de Deportes de la provincia y presidente con permiso de la Federación Ciclista Sanjuanina, patentó la frase de que ‘seguir las carreras de ciclismo son las vacaciones de los pobres‘, no le escapó demasiado. En realidad no sólo los pobres disfrutan del espectáculo que va a la casa misma de los aficionados. Por lo visto ayer en la Cuesta de las Vacas, al igual que Joan Manuel Serrat canta en su clásica ‘Fiesta‘ gente de cien mil raleas disfrutan por igual.
Con sólo observar las movilidades estacionadas en la banquina uno se daba cuenta de que el ciclismo no hace diferencias. Podía verse una imponente camioneta cuatro por cuatro al lado de una vieja renoleta, o un auto de alta gama junto a un rastrojero. En todos los casos, los ocupantes de los vehículos compartían el disfrute de alcanzar una botella de agua a algún ciclista o alentarlos con un grito.
Lo complicado fue el regreso, porque todos quisieron retornar con la carrera y los cuatro motoristas de Gendarmería no daban abasto para controlar el caos que se produjo en la ‘bajada‘ por Ruta 141. El público fue un espectáculo, en sí mismo.