El 13 y 14 de enero del 2010 serán fechas ineludibles para la historia del deporte sanjuanino. El paso por la provincia de la carrera motor más famosa y peligrosa del planeta así lo marca. Los fanáticos demostraron que adoptaron como propia el show que antes sólo veían a través de la televisión y que en la edición pasada "gambeteó\’ San Juan. Las multitudes que estuvieron al costado del camino, según los datos de Gendarmería Nacional, repartidos en 150 mil personas el primer día y 110 mil en la despedida, son una muestra del calor popular. Dentro de ese fenómeno, mezclado con admiración, los camiones se llevaron las miradas de todos. Nadie recordará quienes son los pilotos, pero sí el paso arrollador a más de 100 km/h levantando tierra por todos lados.
La gente fue la protagonista del espectáculo. Claro que no faltó el carisma de los Patronelli para erigirse como ídolos, sobre todo en el caso del flamante campeón en cuatriciclos, Marcos. La poca simpatía de Carlos Sainz con los medios. La vida nocturna en el vivac que se montó en el autódromo El Zonda-Eduardo Copello. Y el acompañamiento a paso de hombre debido a tanto fervor para los profetas en su tierra: Lino y Juan Pablo Sisterna.
Pasó el Dakar por San Juan. Quizá si nunca más regresa, sólo el tiempo será el encargado de poner en su lugar semejante acontecimiento.