Complicado. Es el camino que tendría que hacer Novak Djokovic si desea llegar a la final en Roland Garros. Debería jugar tres partidos en cuatro días.


París, Francia, EFE


La lluvia apareció en la segunda semana de Roland Garros y lo hizo con fuerza para provocar la suspensión de la jornada de ayer al completo, la cuarta vez en lo que va de siglo, y alterar el desarrollo normal del torneo.


La segunda tanda de cuartos, dos masculinos y dos femeninos, prevista para ayer se disputará hoy si el tiempo lo permite. Porque la previsión no es buena. Tras una primera semana en la que brilló el sol, la lluvia ha llegado para quedarse, si aciertan los meteorólogos.


El gran perjudicado es el serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo y máximo candidato al título junto al español Rafael Nadal.


Para conquistar su segundo Roland Garros y encadenar por segunda vez los cuatro grandes, "Nole" se verá obligado a jugar los tres partidos decisivos que le restarían en cuatro días.


El jueves, en la pista central, frente al alemán Alexander Zverev, cinco del mundo, un talento de 22 años que viene de ganar en Ginebra y que, tras signos dubitativos, parece haber enderezado su tenis en París.


Si vence al germano, Djokovic tendrá que medirse al día siguiente contra el ganador del duelo entre el austríaco Dominic Thiem, 4 del mundo, y el ruso Karen Khachanov, también incluido en el orden de juego del miércoles y reprogramado al jueves en la pista Suzanne Lenglen.


Mientras, Nadal continúa con su programa previsto. Superó la víspera su cuarto de final ante el japonés Kei Nishikori por la vía rápida, con una única interrupción de una hora por la lluvia que apenas le perturbó. Tras la misma, sólo necesitó de diez minutos para solventar el duelo.


En su programación ya estaba previsto que tuviera dos días de descanso antes de afrontar el viernes su semifinal contra el suizo Roger Federer, el otro gran beneficiado, que no ha sufrido cambios por el momento en su calendario.


A partir del año próximo está previsto que el Grand Slam de París se una a sus hermanos de Australia, Wimbledon y Estados Unidos cuando se complete el techo retráctil de la central.