A los tres se les nota en la cara la emoción cuando hablan de los más chiquitos. A dos de ellos, David y Carlos, la alegría es mayor porque sus hijos son los que ya van por ese camino. José Luis, por su parte, analiza en el rol de tío a los futuros “ídolos”. “A mí me gusta ver los buenos jugadores y no porque sean mis sobrinos los caracterizo así, sino por lo que demuestran.
Eduardo tiene buena técnica y si está en la Primera de Concepción es por algo. Damián tiene un futuro enorme y Nico recién empieza. Ojalá lleguen lejos”, afirma ilusionado. David quiere que su hijo Nicolás tome al hockey desde otra posición que él no pudo hacer. “Quiero que Nico disfrute del juego, yo no lo pude hacer porque lo mío era un trabajo, siempre lo tomé así”, explica. Mientras que Carlos apoya a “Yemita” (a Damián le dicen así porque a su papá le dicen “Huevo”) en su objetivo por llegar lejos. “Se parece mucho en el juego al Negro (por José Luis), sería un sueño verlo triunfar”, sostiene.