Había entrenado en el Bicentenario, pero nunca jugado en forma oficial. Por eso es que anoche tuvo su primera vez en el nuevo estadio sanjuanino y el resultado no fue el esperado. No siempre la primera vez es felicidad y San Martín lo vivió en carne propia.

Estadio que recién el Verdinegro utilizará en Primera División cuando reciba, el año que viene, a Boca y Godoy Cruz, simplemente por la convocatoria que generará. Anoche el césped de Pocito no fue el motivo para la derrota. Menos para los hinchas que asistieron para alentar a su equipo. Fueron 5.000 que otra vez, tal cual sucedió el viernes en el Hilario Sánchez tras el magro empate sin goles, despidieron a los jugadores y cuerpo técnico con silbidos e insultos.

Un común denominador que ya invade el núcleo Verdinegro y tiene que ver con la falta de resultados.