El Bohemio se hizo fuerte en rodeo ajeno y volvió al triunfo que tanto necesitaba para seguir siendo el único dueño el Oficial de fútbol doméstico. Ayer, en el único encuentro que se jugó por la 17ma. fecha, venció a Del Bono por 3 a 1 en la Esquina Colorada. Con la victoria de Árbol Verde el sábado, Peñarol compartía la punta con el arbolino, por eso el equipo de Pepe Bravo estaba obligado a ganar y lo hizo.
No le sobró nada, pero tuvo lo más importante para quedarse con el encuentro. Contó la efectividad que no tuvo el Bodeguero a la hora de convertir. A pesar de haber comenzado perdiendo con el gol de Pérez en el local, Peñarol nunca se desesperó y no desaprovechó las pocas oportunidades que generó. Esa fue la clave para llevarse a Chimbas los tres puntos.
Del Bono comenzó liderando el encuentro. Con la mezcla de experiencia y la juventud de algunos de sus jugadores, el equipo de Antuña se hizo fuerte manejando el balón en campo bohemio. A los 17, Alexis Arguello le puso un pase magistral a Cristian Pérez que entraba solo por la izquierda. El delantero le pegó como venía y la pelota descansó en el ángulo del arco defendido por Sambor. El local comenzaba mejor el encuentro. Pero se descuidó. No tuvo la firmeza necesaria en su defensa y a los pocos minutos lo sintió. Peñarol, a pesar de que no había llegado claro hasta ese momento, no perdonó con el remate de Julio Gutiérrez a los 22. Eso a Del Bono lo complicó. El local empezó a perder la pelota y a los 34 lo volvió a padecer. Miguel Molina subió por el lateral izquierdo y cuando se acomodó, envió el centro para que el Chino Chávez apareciera y marcara el gol que dio vuelta la historia.
En la segunda etapa, el encuentro entró en un pozo. Se perdió el buen juego pero no las ganas que puso el Bodeguero por cambiar su situación. Con el ingreso de Riveros en el local, Antuña buscó darle mayor peso ofensivo, aunque tampoco lo logró. Si bien generó múltiples oportunidades para llegar al empate, siempre le faltó el último toque para lastimar el arco de Sambor. Peñarol, con inteligencia, se mantuvo firme y defendió el resultado. El nerviosismo de Del Bono lo llevó a cometer otra vez una serie de errores que el bohemio no le perdonó. A los 35, el Chino Chávez, otra vez, lo liquidó con un fuerte remate de volea, que cerró la historia. Ese golpe terminó con las ilusiones de Del Bono de llegar a la igualdad.
Peñarol consiguió lo que necesitaba. Preparándose para el inicio del Argentino B, el triunfo de ayer le dio la tranquilidad necesaria para lo que resta. Del Bono, en cambio, perdió terreno en la lucha por el torneo.

