Amsterdan, 13 de julio.- El plantel holandés fue recibido por el primer ministro saliente, Jan Peter Balkenende, acompañado de su hija Amelie y quien lo consideró como “ una inspiración ” para todo el país, y luego por la reina Beatriz, en el Palacio Noordeinde de La Haya.

La selección encabezada por el técnico Bert van Marwijk y el capitán Giovanni van Bronckhorst, que ya anunció su retiro del fútbol tras el Mundial, llegó al país el lunes y pasó la noche en un hotel de Noordwijk.

Tanto el entrenador como el capitán fueron distinguidos con la Orden de los Caballeros del Orange-Nassau, uno de los máximos reconocimientos de la realeza holandesa, que se efectuó cuando la selección llegó a la residencia oficial del premier en Catshuis.

El viaje hasta La Haya de los subcampeones mundiales (que buscaban en Sudáfrica la gloria que se le negó a Holanda en Alemania 74 y Argentina 78) se realizó a bordo de un helicóptero militar y el arribo contó con algunos cientos de aficionados.

Una vez allí, Balkenende y el ministro de Deportes, Ab Klink, agasajaron al plantel con un desayuno mientras departieron sobre la experiencia mundialista. Luego, la selección visitó a la reina Beatriz en el Palacio de Noordeinde.

Ya pasado el mediodía, el periplo continúo a bordo de los mismos helicópteros militares rumbo a Amsterdam, donde se congregó una multitud estimada en medio millón de aficionados que le tributaron al combinado “ Naranja ” un merecido homenaje.

Enfundados aún en sus trajes grises, los integrantes de la selección dejaron de lado el protocolo y se colocaron pelucas anaranjadas antes de subirse a la embarcación que los trasladó a través de los canales de la denominada “ Venecia del norte ”.

Adornada con coronas de flores naranjas, la barcaza partió desde el puerto militar de Kattenburg, escoltada por docenas de embarcaciones civiles.

La caravana por agua pasó primero por Noordwal antes de dirigirse rumbo al corazón de la ciudad a través de los canales de Brouwer, Heren y Leidse.

Fuentes policiales calcularon en medio millón de personas la asistencia a los festejos y en unas 100.000 sólo a las que se congregraron en Museumplein, la explanada frente al Museo Real, el Van Gogh y el Concert Hall de Amsterdam.

Ese sitio, donde se montaron pantallas gigantes para la ocasión, fue también el más concurrido durante los partidos de Holanda en el Mundial de Sudáfrica, torneo en el que ganó seis duelos y perdió sólo uno: justamente la final con España.

El clima era de “ gracias por todo ” y pese a las prohibiciones vigentes muchos fueron los fanáticos que decidieron expresarlo arrojándose a las aguas de los canales al paso de la embarcación.