Es todo una luchadora de la vida. Comenzó en el boxeo a sus 16 años, pero Tyrieshia Douglas ya sabía cómo pelearle a la dura vida que le tocó, desde chica. La estadounidense, desde niña, tuvo que deambular en casas de familiares que se hicieron cargo de ella y sus hermanos cuando sus padres tenían que pagar en la Justicia sus problemas con las drogas.
Seguramente, muchos de esos recuerdos se le vendrán a la cabeza a la boxeadora cuando el viernes por la noche se enfrente a la sanjuanina Leonela Yúdica en el Cantoni, en una pelea que pondrá en juego el título mundial mosca FIB (Federación Internacional de Boxeo) y que será televisada para todo el país por la TV Pública.
La oriunda de Washington, capital de Estados Unidos, llegó a San Juan ayer al mediodía y tras alojarse en un hotel céntrico, rápidamente se dispuso a descansar. El largo viaje pasó factura, por eso recién por la tarde, después de salir a trotar 45 minutos, atendió a DIARIO DE CUYO. "Estoy preparada. Es una pelea grande y a pesar que estoy un poco nerviosa, es la pelea más importante de mi vida", aclaró Tyrieshia.
Sabe que no será fácil. Ella misma afirma que además de enfrentarse a Yúdica, se enfrentará ante un Cantoni colmado que lógicamente alentará a la local. "Siempre peleando en casa ajena, tengo presión. Pero también estoy lista para eso, me dará aún más fuerzas" aclaró y agregó: "Sé que puedo ganar. Aunque pierda o gane, me quedaré tranquila, porque di todo de mí. Como experiencia me servirá mucho", expresó.
Mucho antes de que apareciera el boxeo en su vida, su infancia y adolescencia no fue normal. "Tuve una vida complicada. Mis padres estuvieron siempre metidos en problemas de drogas, yo iba de casa en casa. Por suerte en el boxeo encontré mi contención. Me ayudó bastante porque me sacó de la calle. Ahora quiero enseñarle a la gente que aunque tengas problemas con tu familia o no tengas dónde dormir, igual se puede salir adelante. Nunca te detengas", aconsejó.
La estadounidense tampoco tuvo problemas de contar sobre la única vez que cayó en las adicciones: "Probé drogas. Sí. Lo hice para saber qué sentían mis padres y saber por qué lo hacían. Fue una única vez, ahí me di cuenta que "eso’ no era para mí. No me veía así en el futuro. Jamás volví a consumir". Sobre sus inicios en el boxeo, Tyrieshia contó que comenzó en el Colegio y le trajo sus consecuencias.
"Empecé porque en la escuela había alguien que me molestaba. ¿Cómo fue esa primera vez? No sé, pero recibí un duro castigo de las autoridades", aclaró con una sonrisa pícara. Luego comenzó en el gimnasio junto a su hermano, hasta que llegó el día que alguien vio que tenía condiciones y la metió en el profesionalismo.
"Tenía 18 años, ahí me di cuenta que el boxeo era para mí, tenía que continuar y ser profesional" aclaró. Douglas, cree en Dios pero no se abraza a la religión. "Creo que hay cosas más fuertes que la religión", sostuvo. "Mi sueño es cambiar vidas. Quiero ayudar a mis padres y a todo a quien se me cruce decirles que no hay motivo para colgar los guantes en la vida". Frontal, transparente. Así se mostró Tyrieshia Douglas en la previa de un choque que para ella, más que una pelea, será la revancha de su vida.

