Lanús venció ayer como visitante por 2-1 a Banfield en un clásico de alta temperatura, en el que el árbitro Patricio Loustau expulsó a dos jugadores por bando. De esta forma, Lanús, que no ganaba hace dos partidos, cortó la racha de cuatro triunfos consecutivos de su clásico rival en el campeonato en un enfrentamiento vibrante hasta el último segundo.

Banfield y Lanús produjeron muy poco hasta los 22’, cuando se generó un punto de inflexión en el partido con el penal de Vittor ante un movedizo y peligroso Lautaro Acosta, y la expulsión del defensor local por esa acción, bien sancionada por Loustau. Un remate de Noir a los 3’ que tapó Monetti fue hasta ese momento la única chance de Banfield, ante un Lanús que había tenido la más clara en la cabeza de Acosta. Hasta que a los 25’ Aguirre marcó de penal, y el gol, en la misma dosis que el hombre menos, hizo entrar al local en un período de descompensación en defensa. Sobre el cierre del primer tiempo, la temperatura ascendió considerablemente en el clásico, con las expulsiones de Benítez y Noir, la del delantero local tras una larga deliberación (entre Loustau y el línea Belatti), por una supuesta agresión mutua dentro del área. En el inicio del complemento, en el cual estuvo cerca de igualar con un cabezazo de Bertolo, mientras que Lanús transitó con cierta tranquilidad los primeros 20’. Incluso encontró mayor comodidad con el gol de Melano, que llegó a los 17’ en un contraataque encabezado por Ortíz, tras una pelota perdida en la mitad de la cancha por Viatri. Pero todo pareció desmadrarse para el Granate en cinco minutos, porque a los 20 Acosta empañó su gran primer tiempo al ver la tarjeta roja por una falta infantil, y porque a los 24 descontó en la primera pelota que tocó el ingresado Asenjo. Pero no hubo variantes y Lanús festejó.