Buenos Aires, 12 de marzo.- El partido, que se llevó a cabo en la cancha de Lanús, contó con el arbitraje de Sergio Pezzotta.

El resultado no le sirvió a ninguno: Lanús suma siete unidades y quedó a cierta distancia del lote de vanguardia (lejos de las expectativas del equipo que formó); y Gimnasia no sólo está más lejos todavía, con cinco, sino que sigue en zona de descenso directo y no tuvo un rendimiento que le permita soñar con zafar.

El partido fue, en líneas generales, deslucido como la tarde.

Los dos superpoblaron el mediocampo y se repitieron en la estrategia: ensanchar el campo con continuos cambios de frente.

Sin referencias en el área, ni Lanús ni Gimnasia tuvieron profundidad. Hubo, en consecuencia, pocas llegadas y demasiada horizontalidad, con la pelota yendo de un lateral a otro.

Hubo un lapso, sí, en el que Lanús se puso a tiro de la ventaja: fueron los primeros 20 minutos del segundo tiempo. Allí sí, funcionó la presión sobre la salida de Gimnasia, Valeri tomó mayor contacto con el balón y Regueiro y Romero lograron desmarcarse para generarse espacios y situaciones.

Pero el equipo de Gabriel Schurrer careció de serenidad para definir y, las veces que olfateó el gol, se encontró con Gastón Sessa, que en esos 20 minutos tapó tres mano a mano y juntó los argumentos para convertirse en la figura del partido.

Después, otra vez la misma historia. Prolijos en el traslado pero ineficaces en la creación de jugadas de gol, Lanús y Gimnasia terminaron aburriendo a todos y se fueron, con justicia, en cero.