Es difícil controlarlas pero en casos límites hay que actuar con serenidad para hacerles frentes. Las ansias. Esas que ayer le jugaron una mala pasada a la Selección argentina. Esas que resultaron vitales para que el equipo se encontrara perdiendo 2-0 apenas iniciado el partido. De ellas se trata.
Los muchachos albicelestes tendrán que controlarlas si buscan llegar a la final. Mañana tendrán de nuevo un rival al que en teoría le deberían ganar. Siempre y cuando sean de mente fría y corazón caliente. Y entrando con esa mente perdida de querer ganar ya, no lo lograrán. No tendrán la mente fría. Y el corazón caliente se les mezclará con el deseo de ganar sí o sí.
El propio técnico Giuliani lo reconoció. El tema da para que lo charlen. Tienen, inclusive, un día sandwich. Será cuestión de calmar la mente.

