De película, para el infarto. En el minuto 95, el arquero de Villa Obrera, Luis Mingolla, le cometió penal a Jorge Morales. El triunfo de la Villa se ponía en suspenso. Nadie quería mirar el penal. Miradas fijas entre el uno y el encargado de patear, Maxi Pascual, que no pudo vencer las manos de acero de Mingolla. Ganó la Villa, más que un partido, parecía que había salido campeón. Delirio, todos se fueron encima del héroe, Mingolla. Del otro lado, la desazón del Pachi y el silencio acompañado de bronca, por haber perdido la punta y el invicto.
Desde el inicio no fue bueno el juego. Muchos pelotazos y poca responsabilidad para jugar. Hasta que apareció Pérez con un pase notable para Mestre, que definió sobre Quiroga, que desvió el tiro, pero en el rebote la pelota le quedó mansita a Ibazeta, que no tuvo más que empujarla. Alianza dolido, fue para delante, pero no pudo quebrar la manos Mingolla.
En la parte final el local se arrinconó obligadamente por la presión del Lechuzo, que a los ponchazos fue y fue. Los últimos minutos era todo de Alianza, la Villa se defendía con oficio y corazón. Riveros adicionó 5\’ y en ese minuto de descuento llegó la emoción de la tarde. Morales fue a buscar al segundo palo la pelota y Mingolla se lo llevó puesto, claro penal cobrado por Riveros. El clima enardecía en Chimbas, se lo querían comer el árbitro. Mingolla se agarraba la cabeza. Pascual con mucha decisión tomó la pelota, no me lo saca nadie dijo el capitán. Pero su experiencia esta vez no prevaleció, porque Mingolla se agigantó y voló para quedarse con la primera victoria Villera.