Tras dos años de inactividad, el doble retador mundialista volverá a combatir en los Estados Unidos. Ayer firmó un contrato con la empresa MG Ring Productions que le asegura cinco peleas al año.

Con 34 años y tras dos de inactividad Mauricio Muñoz volverá a combatir. Lo hará, posiblemente, en febrero en alguna de las veladas que organiza el promotor estadounidense George Reynolds propietario de la empresa MG Ring Productions con quien firmó un contrato que los ligará por tres años y que le otorga la posibilidad al boxeador de realizar cinco peleas por año. "Es un hombre que tiene a varios boxeadores latinos y que organiza veladas, especialmente en Las Vegas" explicó quien ahora debe andar por los 68 kilogramos (peso de mediano junior) pero que tiene pactado subir al cuadrilátero, posiblemente en febrero en categoría ligero (61,2).

Mauricio no sabe cuanto ganará por combate pero si que tiene un bono anual asegurado que puede llegar a los 10 mil dólares. "No hemos hablado nada de rivales, pero supongo que las peleas serán a larga distancia. A él le interesó mi experiencia", contó quien tiene un récord profesional de 31 victorias (14KO) y 11 derrotas (siendo las últimas cinco de manera consecutiva)

Cuando se le consultó porqué dejó pasar tanto tiempo, "El Negrito" contó que se cansó del manoseo de los promotores argentinos. "Tanto Rivero como Arano me perjudicaron más de lo que me ayudaron", afirmó quien en el país la bolsa más alta que ganó fue de 45 mil pesos (equivalente a 1.085 dólares al cambio oficial en 2012).

En las dos peleas mundialistas es cuando Muñoz recibió mayor remuneración. "En la que más gané fue con Gradovic (Egveni, derrota por puntos en julio de 2013) en Macao. Firmé por 50 mil dólares pero con los descuentos me quedaron 29 mil. Con Nishioka, Rivero me dijo que iba por 30 mil dólares y recibí solo 11 mil. Después me enteré que había cobrado otros 20 mil dólares de una pelea realizada por un pupilo suyo dos años antes" contó con un dejo de resignación.

Luego de tantas desilusiones en el país Mauricio decidió tirar líneas en el exterior y lo hizo apelando a la red. Por Internet se contactó con promotores de distintos países y recibió propuestas algo insólitas como las de un empresario indio Kunat Goyat quien le ofreció 5 mil dólares por peleas a cuatro round si aceptaba participar de un torneo que se realizó en octubre.

Finalmente por medio de un promotor brasileño Fabiano Pena lo puso en contacto con Brando Lasley quien le presentó a Reinolds. "Nos comunicamos varias veces con un traductor mediante y me pareció seria la propuesta. Me invitó a entrenar en su gimnasio de Las Vegas y acepté así que ahora debo buscar ayuda para afrontar el gasto de las visas de mi hermano y mía y renovar el pasaporte", contó Muñoz.

Sabe que le quedan las últimas fichas en el bolsillo y decidió jugarlas en la meca del boxeo. Allí donde la plata vale 60 veces más que en la Argentina. En el lugar donde puede hacer alguna diferencia para darle mayor confort a su familia. "Quiero retirarme en el mejor nivel", culminó.

Será una empresa complicada

Mauricio no pelea desde finales de 2017. Su último triunfo data de agosto de 2015, nocaut ante Pablo Ojeda (foto). Ha perdido sus últimos cinco combates con púgiles jóvenes de promotores que lo "utilizaron" como escalera. Podría afirmarse con razón que es más un ex boxeador. Sin embargo aunque uno con concuerde con su decisión, el boxeo (trabajo de riesgo si los hay) es su profesión. Y él, que dos veces estuvo el umbral del título mundial, tiene todo el derecho de decidir cuando y como poner punto final a su carrera. La que forjó dejando todo sobre el ring, ganándose el respeto de los aficionados.

"Me cansé del manoseo de los promotores argentinos y decidí buscar otros rumbos".

MAURICIO MUÑOZ - Boxeador


Las visas

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mil son los pesos que necesita invertir Mauricio para sacar la visa suya y de Ricardo, su hermano entrenador.

Será una empresa complicada

Mauricio no pelea desde finales de 2017. Su último triunfo data de agosto de 2015, nocaut ante Pablo Ojeda (foto). Ha perdido sus últimos cinco combates con púgiles jóvenes de promotores que lo "utilizaron" como escalera. Podría afirmarse con razón que es más un ex boxeador. Sin embargo aunque uno con concuerde con su decisión, el boxeo (trabajo de riesgo si los hay) es su profesión. Y él, que dos veces estuvo el umbral del título mundial, tiene todo el derecho de decidir cuando y como poner punto final a su carrera. La que forjó dejando todo sobre el ring, ganándose el respeto de los aficionados.