A los 44 años, disfruta todo. El fútbol, cada práctica, cada partido. Ahora, en la previa a otra final, la misma ansiedad pero con otras sensaciones, tal vez por la madurez que Leonardo Ávila vive. Llegó a la vida del fútbol de Albardón en 2015, cuando se debatía entre acomodar sus horarios laborales y la agenda de los entrenamientos. No siempre podía y eso pesaba mucho en un tipo que es puro fútbol. Hace 8 años atrás, tomó la decisión y se metió en el mundo aparte que es el fútbol departamental. Primero con la camiseta de la Asociación Deportiva Albardón para ganar dos copas de campeones (2015 y 2017). Luego, Instituto La Laja lo sumó y fue para jugar y ganar la Copa 2020. Más tarde, la camiseta de San Miguel fue su destino en Albardón y fue para el protagonismo con un tricampeonato local, la final 2022 ante Unión en la copa y ahora, la revancha en esta edición 2023.

Un proceso intenso, que el Loco no esperaba vivir: "Esto es muy lindo. Es disfrutar, es sentir el fútbol desde otra visión. Yo venía de una campaña extensa, con pasos por varios clubes de la Liga Sanjuanina y cuando estaba en Alianza, en 2015, había empezado a trabajar en una fábrica de cerámicos. No me coincidían los horarios y se complicaba entrenar. Rubén Ceballos me habló de la chance de ir a la ADA en ese 2015 y se dio todo. Llegué, ganamos la primera Copa contra Tupelí ese año y arrancó un ciclo muy lindo. Otra Copa, más finales. Luego, La Laja y ahora San Miguel. Otra forma de vivir esto tan lindo, con gente muy buena, que te promete y te cumple. Con horarios más cómodos pero con el profesionalismo que se necesita para ser protagonistas. Acá descubrí lo que implica para la gente de los departamentos jugar la Copa de Campeones. Es un torneo distinto, especial", reveló.

Las finales son especiales pero la Copa tiene cosas distintas que potencian todo lo que vivimos para llegar a jugarla.  Leonardo Ávila  / Arquero San Miguel de Albardón

Hablar de retiro a los 44, no es tema urgente para Ávila: "Siempre digo que voy a jugar hasta que lo sienta, no me pongo plazos ni nada parecido. Eso si, en cada final de temporada analizo todo y veo qué se puede hacer. Ahora, quiero hacer el curso de entrenador para seguir vinculado a esto que es una forma de vida para todos nosotros", subrayó.

Se viene la final, si es que no hay suspensión por el fallo del Tribunal de Penas (ver aparte), y Ávila la palpita: "Estamos muy ilusionados todos. El año pasado se nos escapó por muy poco contra Unión y el fútbol siempre te da revancha. Ahora la tenemos y la queremos aprovechar. La gente de San Miguel se merece una alegría así y queremos conseguirla". Será una nueva final y Leo sabe lo que se siente: "Es diferente. El sentimiento de la gente del fútbol del interior hace que todo sea especial para vivirlo", cerró.