Messi cerró un año soñado, en el que sólo tuvo sinsabores con el seleccionado argentino, pero mal que mal, pese a quien le pese, logró clasificarse al mundial de Sudáfrica 2010.
El astro del Barcelona le dio el título al equipo de Pep Guardiola en Abu Dhabi, porque fue clave y figura en los dos partidos.
Primero salvó al Barcelona, entrenando en el segundo tiempo, contra el Atlante mexicano, encuentro en el cual en la primera pelota que tocó la transformó en gol.
Luego ante Estudiantes, por el gol y por haber asumido la función de Andrés Iniesta, siendo socio de todos, generando peligro y convirtiendo un gol que sólo alguien con tanta categoría lo puede recibir así.
Messi, también sus compañeros, en un año ganaron lo que muchos futbolistas no logran en toda su carrera, pero este es recién el comienzo de la carrera de “Lío”.
Mañana en la sede de la FIFA, en Zurich, recibirá el premio al mejor jugador del año, algo que es un secreto a voces y que no tendrán más remedio que dárselo.
Junto a Messi compiten por ese halago el brasileño kaká, el portugués Cristian Ronaldo y los españoles Xavi Hernández y Andrés Iniesta.
Pero Messi, pese a que Xavi e Iniesta son dos exquisitos del fútbol, que son la base de este Barcelona multicampeón, es más que todos.
Su desequilibrio sigue siendo determinante en cualquier partido, pero por sobre todo en los encuentros donde se lo necesita.
Por ahí algunos marcan su intermitencia, pero si le llegara todo el partido la pelota no sorprendería y se agotaría.
Messi necesita descansar durante muchos tramos de los partidos que juega, por los golpes que recibe y porque no siempre hay que ser vertical e ir para delante.
Barcelona y Messi demostraron que para todo hay que tener un equilibrio, por eso ahora el delantero argentino piensa más, no encara en todas las jugadas y sorprende más.
A Messi le falta sólo una actuación consagratoria y con regularidad en el seleccionado argentino, algo que no depende de él solo.
Todavía Messi es joven, tendrá varios mundiales, más títulos con el Barcelona y prácticamente una vida por delante y seguir creciendo, algo que si realmente ocurre será para disfrutar y deleitarse con todo su fútbol.