La urgencia está golpeando la puerta de San Martín. La falta de resultados preocupa demasiado y más luego del empate ante Newell’s, dado que significó caer en zona de descenso, tener el penúltimo peor promedio y acumular el partido número 11 en forma consecutiva sin triunfo. Números que expresan el presente de un equipo que necesita cambiar para seguir con aspiraciones. Esto, sumado a que la relación de los hinchas con el entrenador Gabriel Perrone y la comisión directiva está muy tirante. El panorama es pobre y de seguir por la misma senda será peor para una bomba que puede detonar en cualquier momento si continúa sin triunfos.
Hoy sólo sirve ganar para luego encontrar el juego que tuvo a mediados del torneo pasado. La mochila del descenso cada vez esta más pesada y los signos de cambios no aparecen. Y esto no se traduce luego del empate con Newell’s, es una cadena a la que se le debe encontrar el fin.
“Necesitamos ganar, pero antes que nada sirve no perder”, dijo tras la paridad ante los rosarinos Perrone cuando ganar manda. Su frase no deja a la gran mayoría conforme. El DT hizo los 3 cambios frente a Newell’s y todos fueron puesto por puesto. Para no desarmarse, pero tampoco arriesgar para ganar.
Una derrota hubiese hecho estallar todo y por ahí se entiende su planteo. Porque hoy, cuando los hinchas piden por la cabeza de Perrone (quien tiene el respaldo del presidente), es el propio técnico quien puede darle vida a San Martín y encarrilarlo. No obstante, para eso debe meter mano en nombres, estrategia y forma de tomar cada partido.
Van tres fechas de este torneo Final y todos fueron empates. Paridades que para un equipo que hace 129 días que no suma de a 3 puntos no le sirven. La pérdida por lesión de Bogado dejó un hueco enorme que se siente. La explosión por los laterales no está en acción. Depende de Luna y cuando éste no encuentra el juego no hay quien lo haga. Alderete juega sólo en el medio, sin nadie que lo acompañe, y en la zona donde se gesta todo pierde control y fútbol. Y si lo anterior no funciona, los goles no llegan.
Hoy las esperanzas están en el ecuatoriano Bolaños (todavía no debuta), la última incorporación. Pero si no es tal ¿todo seguirá igual? San Martín debe cambiar, en todos los sentidos y aspectos, debe ser ahora porque mañana será irreversible.